
Estrenada en 1999 y dirigida por Roger Michell, 'Notting Hill' es considerada una de las comedias románticas más emblemáticas de la historia. Protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant, la película narra el inesperado romance entre Anna Scott, una famosa actriz estadounidense, y William Thacker, un humilde librero londinense. Su desenlace, con la pareja felizmente casada y esperando un bebé, dejó a los espectadores con un sentimiento de plenitud que pocos filmes del género logran transmitir.
A pesar de su éxito rotundo, con un 84% de calificación en Rotten Tomatoes, y de la tendencia en Hollywood de lanzar secuelas de comedias románticas populares como 'Grease', 'El diario de Bridget Jones' o 'El diario de la princesa', 'Notting Hill' nunca tuvo continuación. Y, sorprendentemente, una de las razones principales fue la propia Julia Roberts.

La propuesta de un divorcio que nunca convenció
El guionista Richard Curtis, conocido por éxitos como 'Love Actually' y 'Cuatro bodas y un funeral', reveló recientemente en una entrevista con IndieWire que hubo intentos de dar continuidad a la historia de Anna y William. Según Curtis, una de las ideas para la secuela giraba en torno a un posible divorcio entre los protagonistas, un enfoque que fue rechazado tajantemente por Roberts.
Curtis admitió que la actriz consideró que esa dirección era “una idea muy pobre”. Y al reflexionar sobre el legado de la película, parece que Roberts tenía razón. Romper la magia del final feliz que encantó a millones de espectadores podría haber dañado la percepción que el público tiene de la película original.

Curtis también explicó que proyectos similares, como los cortos creados para Red Nose Day y Comic Relief, le permitieron explorar mini secuelas de sus obras anteriores, incluida 'Love Actually'. Sin embargo, al tratarse de 'Notting Hill', decidió respetar el cierre perfecto de la historia y evitar una segunda parte que, en sus propias palabras, “podría haber hecho más daño que bien”.
La negativa de Julia Roberts no solo protegió el prestigio de 'Notting Hill', sino que también preservó el encanto de su trama. La película es recordada como una oda al amor improbable, donde dos personas de mundos completamente diferentes logran superar las adversidades para estar juntas. Alterar ese recuerdo con una secuela dramática habría resultado contraproducente, especialmente en una época donde los finales felices son una de las razones por las que el público busca comedias románticas.