Durante décadas, cuando se pensaba en Cien años de soledad, venían a la mente conceptos relacionados a la destacada obra como el Premio Nobel de 1982 otorgado a Gabriel García Márquez o las más de 50 millones de copias que se vendieron de la primera edición.
Ahora, a lo anterior podría sumarse el éxito que está teniendo la serie de Netflix inspirada en la historia. Con apenas 24 horas de haberse lanzado, ya se volvió una de las producciones mejor calificadas de la plataforma en 2024, obteniendo un 100% de aprobación en Rotten Tomatoes y un 8.3/10 en IMDb.
Sin embargo, toda esa gloria alrededor de la novela dista mucho de las situaciones en las que el autor oriundo de Aracataca, Magdalena, tuvo que escribirla. Y es que comenzó a producirla en 1965, que fue una de sus épocas más complicadas.
Netflix
El colombiano estuvo recluido en un cuarto repleto de su imaginación y gobernado por una máquina de escribir cerca de 18 meses.
En esa habitación desorganizada y con olor a descuido, ubicada en la Ciudad de México, logró encontrar la inspiración suficiente para sacar adelante los 20 capítulos del libro, a pesar que no tenía ni idea de lo que iría a comer cada noche.
Su situación económica era totalmente desfavorable y a pesar de tener tantas necesidades, incluyendo a dos pequeños que alimentar, se le ocurrió que valía la pena poner en pausa su preocupación por el pan de cada día para hacer su célebre proyecto.
¿Cómo sobrevivía Gabriel García Márquez mientras escribía 'Cien años de soledad'?
Mientras el tiempo corría y Gabo se sumergía cada vez en las páginas de Cien años de soledad, Mercedes Barcha, su leal esposa, tuvo que hacerse cargo de la familia, dándole a sus hijos todo lo necesario.
Netflix
“Ni siquiera sé cómo hizo Mercedes durante esos meses para que no faltara ni un día la comida en la casa”, comentó el escritor en su momento a El Espectador.
Asimismo, uno de sus grandes amigos, Germán Castro Caycedo, dijo a Red+ que la situación fue mucho peor y que incluso parte del poco dinero que entraba se fue en inversiones para su espacio de escritura. “Tuvieron que empeñar el calentador que usaba para mantener a buena temperatura el ambiente, pues no podría escribir con frío”, agregó.
Por su parte, Infobae expresó que Gabo tuvo que vender su estufa, el secador y la licuadora para subsistir. “Regresaron a la oficina de correos y enviaron el segundo bloque. Al salir, Mercedes, de una vez enviado el manuscrito, su esposa se detuvo y se volvió a su esposo: ‘Oye, Gabo, ahora lo único que falta es que esa novela sea mala´. Meses después, Cien Años de Soledad se convertiría en un éxito internacional, llevando al escritor a ganar con el primer pago cerca de 500,000 dólares, dando un giro de 360° a su vida”, dice el medio.