'Hambre' es una película tailandesa disponible en Netflix que nos hace pensar en la relación entre comida y clase social
Fatsugard
Fatsugard
-Colaborador
De los noventa con amor. Colecciono figuritas de villanos y escribo teorías sobre los memes. El cine me educó.

La última sensación de Netflix, la película tailandesa 'Hambre' es un impecable thriller que nos hace pensar en la relación entre comida y clase social

Netflix

La nueva sensación de Netflix es un profundo misterio culinario que todos deberían ver. Hambre, dirigida por Dom Sitisiri Mongkolsiri y escrito por el guionista Lek Kongdej Jaturanrasamee, es un thriller sobre la alta cocina y la desigualdad que ahonda de forma muy interesante en la dimensión cultural de la comida. Además, la película tiene una excelente fotografía que provoca en cada plato.

Una de las revelaciones más importantes de su argumento tiene que ver con la reflexión sobre el hambre. O mejor, la función social de la comida como forma de distinción. Uno de los autores más importantes que ha abordado la relación entre alimentación y clase social es Pierre Bourdieu. En su obra "La distinción: criterios y bases sociales del gusto" (1979), Bourdieu argumenta que la elección de los alimentos y bebidas que consume una persona está determinada en gran medida por su posición en la estructura social y su capital cultural.

Según Bourdieu, la elección de alimentos se convierte en un indicador de la posición social de la persona, ya que aquellos que tienen un mayor capital cultural tienden a consumir alimentos más refinados y costosos, mientras que aquellos con menor capital cultural consumen alimentos más simples y económicos. Esto se traduce en la noción del gusto, que de subjetivo no tiene mucho y se trata, realmente, de una herramienta de movilidad social.

En su libro "Comerse el mundo. Historia de la alimentación" (2011), José Luis Solanilla argumenta que la alta cocina es un fenómeno elitista y excluyente que se encuentra alejado de las necesidades y preocupaciones de la mayoría de la población. Según Solanilla, la alta cocina es un reflejo de la desigualdad social y económica, y de la creciente brecha entre los ricos y los pobres.

En este sentido, la alta cocina puede ser vista como una manifestación de la cultura de la exclusión, donde se valoran y premian las habilidades y conocimientos de unos pocos en detrimento de la mayoría. La alta cocina se convierte en un lugar donde se reproduce y refuerza la estructura social, ya que solo aquellos que tienen los recursos y la educación necesarios pueden acceder a ella.

Este escenario, permite a la película construir una historia intrigante sobre la disciplina culinaria y el sentido real de la comida de élite. Vale mucho la pena verla, creo que es de lo mejor que ha llegado a Netflix últimamente.

facebook Tweet
Noticias relacionadas
Back to Top