Denzel Washington ha dado vida a figuras inolvidables: el carismático Malcolm X, el implacable Alonzo Harris en Día de entrenamiento o el comprometido padre de Fences. Sin embargo, ninguna de esas interpretaciones —por más premiadas que hayan sido— ocupa el primer lugar en su lista personal. En una entrevista con Total Film, el actor reveló que la película de la que más se siente orgulloso es Huracán Carter, estrenada en 1999 y basada en la historia real del boxeador Rubin “Huracán” Carter.
Dirigida por Norman Jewison (Jesucristo Superstar, Hechizo de luna), la cinta narra la vida de Carter, un hombre que pasó de ser aspirante al título mundial de los pesos pesados a convertirse en víctima de uno de los casos de injusticia más sonados en Estados Unidos. Acusado y condenado erróneamente por un triple asesinato, Carter fue sentenciado a tres cadenas perpetuas y pasó casi 20 años en prisión antes de ser exonerado.
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Washington interpretó el papel con una mezcla de fuerza y vulnerabilidad que le valió una nominación al Óscar a Mejor Actor. Sin embargo, el reconocimiento de la crítica no se tradujo en éxito comercial. Con un presupuesto de 50 millones de dólares, la película recaudó apenas 74 millones en todo el mundo, lo que provocó frustración tanto en el director como en su protagonista.
“El estudio no la estrenó como es debido y quedó enterrada”, recordó Washington. “Se esforzaron demasiado por posicionarla para los Óscar y terminaron perjudicando la película”. Aun así, el actor considera que Huracán Carter fue una obra adelantada a su tiempo: “Creo que es una de esas películas cuya reputación se consolidará con los años. Es la película de la que estoy más orgulloso, a la altura de Malcolm X”.
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Más allá de su desempeño en taquilla, la cinta dejó una huella profunda en el propio Washington. Su interpretación va más allá de la imitación: es una reflexión sobre la dignidad y la resistencia frente a la injusticia. En el fondo, el mensaje de Huracán Carter se alinea con el compromiso ético que ha marcado la carrera del actor: dar voz a quienes fueron silenciados por el sistema.
El actor también reconoció que la derrota en los Óscar de 2000 —el premio fue para Kevin Spacey por American Beauty— lo afectó profundamente. Tanto, que decidió ceder su derecho de voto en la Academia a su esposa durante un tiempo. Sin embargo, el paso de los años le ha dado la razón: Huracán Carter se ha convertido en una obra reivindicada por críticos y espectadores, un ejemplo de cómo el talento y la verdad emocional pueden trascender el ruido de la temporada de premios.