La razón por la que Francis Ford Coppola casi despide a Al Pacino en pleno rodaje de ‘El Padrino’
Santiago Díaz Benavides
Casi nadie conoce mi primer nombre, pero todos saben que tengo un homónimo español que escribe thriller. Me obsesionan las películas sobre el fin del mundo y tengo una particular debilidad por el cine de M. Night Shyamalan.

El actor reveló que, durante las primeras semanas de filmación, el estudio dudó de su talento y su permanencia en el proyecto pendió de un hilo. Lo que vino después cambiaría la historia del cine.

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Pocos imaginan que la legendaria interpretación de Al Pacino como Michael Corleone en El Padrino estuvo a punto de no ocurrir. El propio actor, hoy con 84 años, confesó en su nuevo libro de memorias Sonny Boy que estuvo a punto de ser despedido cuando apenas comenzaba el rodaje del clásico de Francis Ford Coppola.

“Se corría el rumor en el set de que me iban a echar”, recordó Pacino en un extracto publicado por The Guardian. “Podías sentir la incomodidad entre el equipo, incluso entre los técnicos. Todos lo sabían”. El estudio Paramount Pictures, desconfiando de su interpretación tras ver las primeras escenas, cuestionó si él era realmente el indicado para el papel del hijo menor de Vito Corleone (Marlon Brando).

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La inseguridad no era solo externa. El propio Pacino sentía que algo no encajaba. “Diane Keaton y yo estábamos convencidos de que estábamos en la peor película jamás hecha”, escribió. Ambos venían de filmar la escena inicial de la boda, una secuencia larga y expositiva que no mostraba aún la evolución del personaje.

Coppola, sin embargo, tenía una visión distinta. Había elegido a Pacino por encima de actores más conocidos, convencido de que su interpretación contenida sería clave para mostrar la transformación de Michael: de joven reservado a jefe mafioso implacable. “Mi idea era que este tipo no mostrara carisma al principio. Quería que surgiera desde la nada. Que su poder apareciera de forma silenciosa”, explicó el actor.

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La tensión llegó a tal punto que el director decidió adelantar una escena clave: la secuencia del restaurante, donde Michael asesina a dos enemigos en un brutal giro de la trama. “Fue la oportunidad para demostrar de lo que era capaz”, admitió Pacino. Aquella escena cambió la percepción de todos. De la noche a la mañana, el actor pasó de ser un desconocido a la gran revelación de Hollywood.

El resultado es historia: El Padrino se convirtió en una de las películas más influyentes del siglo XX, y la actuación de Pacino le valió su primera nominación al Óscar. Años después, recuerda aquel miedo inicial con gratitud. “No quería ser visto, y ese fue el poder del personaje”, escribió. Lo que parecía un error de casting terminó siendo el nacimiento de una leyenda.

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