El mundo del espectáculo quedó paralizado cuando Taylor Swift confirmó que había dicho “sí” a Travis Kelce, la estrella de los Kansas City Chiefs. La noticia, compartida en un carrusel de imágenes en Instagram, acumuló millones de interacciones en cuestión de minutos, y no solo por el romántico escenario elegido para la propuesta —un jardín repleto de flores—, sino por un detalle que inmediatamente captó la atención global: el imponente anillo de compromiso que lucía en su mano.
La joya, diseñada por Kindred Lubeck de la firma neoyorquina Artifex Fine Jewelry, está confeccionada en oro amarillo de 18 quilates y resalta por un diamante central de corte cojín alargado, estimado en alrededor de 10 quilates. Según expertos consultados por The Hollywood Reporter, el diseño combina un estilo vintage con un montaje de cuatro garras y un bisel bajo, acompañado de pequeños diamantes laterales y posibles grabados que refuerzan su aire romántico y clásico.
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Rebecca Selva, directora creativa de Kwiat y Fred Leighton —casas de joyería que Swift ha lucido en alfombras rojas—, calificó la elección como “perfecta para ella”. Destacó la forma alargada del diamante, que armoniza con las manos de la cantante, y la calidez que aporta el oro amarillo. Tom Heyman, presidente de Oscar Heyman, apuntó que el anillo no solo es elegante y proporcionado, sino que también marcará tendencia en un momento en el que los anillos de compromiso en oro amarillo viven un resurgimiento.
El entusiasmo lo comparte Frank Everett, vicepresidente de joyería en Sotheby’s, quien aplaudió la decisión de Kelce: “Los cojines siempre han sido una piedra de conocedores, y creo que este anillo consolidará su regreso como una de las opciones más buscadas”.
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Pero la gran pregunta persiste: ¿cuánto vale la joya? Los especialistas advierten que determinar su precio exacto a partir de una fotografía es casi imposible, ya que factores como el color y la claridad influyen de manera decisiva en la tasación final. Sin embargo, coinciden en que, de tratarse de un diamante de 10 quilates con características sobresalientes, el valor podría rondar fácilmente el millón de dólares.
Más allá de la cifra, los expertos resaltan que la elección de Kelce fue profundamente personal. “Si lo hizo él solo, hizo un trabajo fantástico. A fin de cuentas, un anillo es una promesa, un símbolo de amor, y no una simple adquisición”, señaló Everett. Rebecca Selva, por su parte, cerró la discusión con una respuesta que bien podría firmar la propia Taylor: “Es invaluable”.