
En los años ochenta, Arnold Schwarzenegger era sinónimo de acción. Con títulos como Terminator, Depredador y Ejecutor encabezando las taquillas, su carrera parecía estar firmemente cimentada en explosiones, músculos y frases lapidarias. Sin embargo, detrás de ese físico imponente y el aura de héroe invencible, Arnold siempre supo que no podía golpear puertas y disparar armas para siempre. Quería algo diferente. Y lo encontró en Twins (1988), una comedia que la crítica destrozó, pero que lo convirtió en el actor mejor pagado de su carrera.
En lugar de recibir un salario fijo por su trabajo en la película, Schwarzenegger tomó una decisión audaz: junto a su coprotagonista Danny DeVito y el director Ivan Reitman, renunció al sueldo inicial y negoció el 40% de las ganancias brutas del filme. Universal Pictures, aunque escéptica sobre el potencial comercial de ver a Arnold haciendo comedia, aceptó el trato. El resultado fue un éxito inesperado: con un presupuesto de solo 18 millones de dólares, Twins recaudó más de 216 millones en todo el mundo.

La cifra exacta que Arnold ganó nunca se ha revelado públicamente, pero él mismo confesó en una entrevista que fue "muy superior a los 40 millones de dólares", una cantidad que superó con creces lo que obtuvo por sus grandes éxitos de acción. Y todo gracias a una comedia que muchos olvidan, pero que supo ganarse su lugar en la historia del cine comercial.
Twins cuenta la historia de dos hermanos gemelos fraternos (Schwarzenegger y DeVito), completamente opuestos en personalidad y apariencia, que se conocen siendo adultos y viven una serie de enredos y aventuras al intentar conectar como familia. Aunque fue recibida con tibieza por la crítica —tiene solo un 42% en Rotten Tomatoes—, el público respondió con entusiasmo, demostrando que Arnold también podía hacer reír.

El éxito de Twins abrió la puerta a una nueva etapa en la carrera del actor, que luego protagonizó Un detective en el kinder y Junior, ambas junto a Reitman. El trío incluso planeó una secuela titulada Triplets, con Eddie Murphy como el tercer hermano perdido, pero la muerte del director en 2022 dejó el proyecto en pausa indefinida.
Hoy, Twins es una rareza entrañable del cine ochentero, una cinta cuya comedia ingenua puede haber envejecido mal en algunos aspectos, pero que sigue siendo recordada con cariño por quienes crecieron con ella. Y, sobre todo, es un recordatorio de que a veces, apostar por lo inesperado puede traer las mayores recompensas.