Cuando Emma Watson interpretó a Hermione Granger en las películas de Harry Potter, el público conectó rápidamente con su inteligencia, su lealtad inquebrantable y su papel de conciencia moral dentro del trío protagonista. Sin embargo, quienes leyeron los libros de J.K. Rowling saben que su personaje tenía una dimensión más compleja, una que el cine dejó de lado por razones de tiempo y enfoque narrativo. Nos referimos a su papel como activista social dentro del mundo mágico, en especial su controversial fundación de la Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros (P.E.D.D.O.).
Max
La historia, desarrollada principalmente en Harry Potter y el cáliz de fuego, muestra a una Hermione indignada tras presenciar el trato que reciben los elfos domésticos en la Copa Mundial de Quidditch. En especial, el despido de Winky, una elfa doméstica humillada públicamente, lleva a Hermione a iniciar una cruzada por los derechos de estos seres, que considera esclavizados por el sistema mágico. A pesar de sus buenas intenciones, su causa no es bien recibida ni por sus amigos —Ron incluso se burla de ella— ni por los propios elfos, quienes rechazan la idea de ser “liberados”.
Este episodio revela una Hermione más humana, pero también más terca y equivocada en ciertos aspectos. Su lucha está guiada por un sentido idealista de la justicia, aunque cae en el error del paternalismo, al no escuchar las voces de aquellos a quienes busca “salvar”. En los libros, ella aprende con el tiempo a matizar sus ideas y a comprender mejor otras perspectivas, en especial gracias a personajes como Kreacher y Dobby. Este proceso de maduración fue eliminado completamente de las películas.
Max
Ahora que HBO está preparando una nueva adaptación televisiva de Harry Potter, que promete seguir con más fidelidad el texto original, esta subtrama podría tener una segunda oportunidad. Incluirla no solo enriquecería el arco de desarrollo de Hermione, sino que también abriría espacio para discutir temas actuales como el privilegio, la justicia social y los límites de la ayuda externa.
En un contexto donde se revalúan los personajes femeninos y sus motivaciones, recuperar esta faceta de Hermione también permitiría mostrar cómo incluso los héroes bienintencionados pueden equivocarse. Y que el verdadero activismo implica escuchar, aprender y construir con quienes se quiere apoyar. En una época que exige representación crítica y responsable, la serie de HBO podría reivindicar uno de los aspectos más progresistas —y polémicos— del personaje.