
Este domingo, si estás buscando una película que combine sensibilidad, profundidad emocional y una mirada honesta sobre las relaciones familiares, Malta es la recomendación perfecta. Esta cinta colombiana, escrita y dirigida por Natalia Santa, está disponible en Netflix y se ha consolidado como una de las producciones más destacadas del cine nacional en los últimos años.
Con una narrativa íntima y contundente, Malta nos presenta a Mariana, una joven bogotana interpretada por Estefanía Piñeres, que trabaja en un call center mientras sueña con escapar a la isla europea que da título a la película. Pero lo que parece ser un deseo geográfico es en realidad una huida emocional: Mariana carga con el peso de una madre en profunda depresión —interpretada con maestría por Patricia Tamayo— y un hermano incapaz de asumir sus responsabilidades como padre. En medio de estas dinámicas familiares, la protagonista busca desesperadamente un lugar que le ofrezca alivio.

Natalia Santa, ya reconocida por su ópera prima La defensa del dragón, da un salto importante con esta segunda película, logrando no solo una conexión profunda con el público, sino también un lugar destacado en la crítica cinematográfica. Malta fue considerada una de las mejores películas colombianas del 2024, en parte gracias a su capacidad para mostrar, sin adornos, lo que muchas veces se esconde tras las puertas de una casa: las ausencias, los resentimientos y los afectos que no terminan de cicatrizar.
Desde la primera escena, en la que Mariana aparece orinando bajo la ducha, Santa deja claro que su intención no es complacer, sino incomodar. No por provocar, sino por mostrar la vulnerabilidad humana en su forma más cruda. Esta decisión narrativa logra que el espectador se sienta casi parte del entorno: testigo incómodo pero inevitable de una intimidad emocional que pocas veces se retrata en el cine con tanta honestidad.

Lo más interesante es que, aunque se trata de una obra de ficción, la directora ha admitido que hay elementos autobiográficos en la historia. Esta conexión personal se siente en cada plano, en cada conversación tensa entre madre e hija, en cada silencio que dice más que las palabras. Así, temas universales como el abandono, la maternidad, la frustración generacional y la búsqueda de sentido se tejen con sutileza y precisión.
La película no ofrece respuestas fáciles, y por eso mismo es tan necesaria. En un mundo donde las narrativas familiares suelen estar idealizadas, Malta apuesta por mostrar los conflictos internos de una generación de mujeres que se debate entre el deber, el cansancio y el deseo de romper con todo.

Además, su presencia en Netflix representa una excelente oportunidad para que el cine colombiano siga ganando terreno en las plataformas de streaming. Esta visibilidad internacional no solo potencia la carrera de Natalia Santa, sino que también abre una ventana al cine hecho por y sobre mujeres en América Latina, con historias potentes y necesarias.
Así que ya lo sabes: si este domingo quieres ver algo que te conmueva, que te haga pensar y que refleje con sensibilidad las contradicciones de crecer en una familia rota, Malta es la elección ideal. Prepárate unas crispetas, pon tu celular en silencio y déjate llevar por esta historia tan nuestra como universal.