
El episodio más reciente de My Hero Academia: Vigilantes, titulado “¡La madre feroz ataca!”, nos ha presentado un punto de inflexión en el desarrollo de Koichi Haimawari, también conocido como The Crawler. Bajo la dirección de Satoshi Takadō, la historia ofrece un equilibrio entre momentos cómicos, escenas familiares intensas y una amenaza real que obliga al protagonista a tomar acción.
Todo comienza con la llegada de Makoto Tsukauchi a casa de Koichi. Para evitar que su madre descubra que le mintió respecto a tener novia, Makoto accede a hacerse pasar por su pareja. Pero la señora Haimawari, una mujer directa y observadora, no tarda en descubrir el engaño. Lo que sigue es una tensa y divertida secuencia en la que también aparecen Pop Step y Knuckleduster, sin que nadie pueda evitar que la casa se vuelva un hervidero de secretos y reproches.

El caos doméstico se traslada a un bus turístico, cuando Koichi y sus acompañantes deciden salir a pasear con su madre. Pero el viaje se convierte en una pesadilla cuando un gato —infectado con una sustancia ilegal diseminada por Hachisuka— pierde el control y provoca un accidente de alto riesgo. En medio del caos, Makoto queda atrapada y los pasajeros entran en pánico.
Es entonces cuando Koichi revela una nueva dimensión de su poder. Al ver a Makoto en peligro, y con el respaldo de Ingenium, su cuerpo reacciona instintivamente, elevando al máximo su velocidad y precisión. Su don se manifiesta de forma más potente que nunca, logrando estabilizar el vehículo y rescatar a los pasajeros, sin importar que su identidad como vigilante quede expuesta frente a Makoto y su madre. La escena marca un antes y un después en la evolución del personaje.

Este episodio no solo muestra el crecimiento físico de Koichi, sino también su madurez emocional: ya no actúa desde la improvisación, sino con claridad, determinación y un profundo sentido de responsabilidad. El descubrimiento de su secreto por parte de Makoto añade tensión a su relación, pero también abre la puerta a una nueva alianza o confrontación en los capítulos que vienen.
Sin duda, My Hero Academia: Vigilantes continúa demostrando que el verdadero heroísmo no requiere licencia ni aplausos, sino convicción y valentía en el momento más difícil. Y Koichi, por fin, empieza a convertirse en el héroe que nunca pensó ser.