En 1999, el cine de ciencia ficción vivió una revolución con el estreno de Matrix, una cinta que no solo redefinió el género, sino que convirtió a Keanu Reeves en una figura legendaria gracias a su papel como Neo. Sin embargo, pocos saben que el protagonista original que los hermanos Wachowski tenían en mente no era él, sino otro actor igual de carismático y exitoso: Will Smith.
A finales de los años 90, Smith vivía su época dorada tras protagonizar éxitos como Men in Black e Independence Day. Por eso no sorprendía que su nombre figurara entre los primeros candidatos para un ambicioso proyecto como Matrix. Los Wachowski, entonces directores noveles con una sola película en su haber (Bound), lo abordaron con una presentación que terminó siendo tan confusa como poco convincente para el actor.
Captura de pantalla
En un video publicado en su canal de YouTube en 2020, Smith explicó por qué rechazó el papel que cambiaría para siempre la historia del cine. Según relató, la presentación de los hermanos Wachowski se centró en los efectos especiales y las coreografías de acción, sin ahondar en la trama filosófica y existencial que realmente caracterizaba a Matrix. “Vinieron a mí, eran talentosos, pero en esa reunión… parecía más un delirio técnico que una historia coherente”, explicó.
La decisión no solo afectó su carrera: también alteró el reparto completo. Según Smith, si él hubiera aceptado ser Neo, el papel de Morfeo —interpretado magistralmente por Laurence Fishburne— habría recaído en un actor blanco, probablemente para equilibrar la dinámica racial de la cinta. “Al final, todo salió perfecto. Keanu era el indicado, y Fishburne también. Yo habría arruinado Matrix”, concluyó con humildad.
Max
A pesar de que Matrix recaudó más de 460 millones de dólares en taquilla y se convirtió en una saga de culto, Smith nunca ha mostrado arrepentimiento. Aceptó que, en esa ocasión, simplemente no fue capaz de ver el potencial. Una decisión que, aunque en su momento pareció un error, también permitió que dos actores diferentes dejaran su huella definitiva en la historia del cine.
En retrospectiva, su "no" abrió una puerta que quizá nunca debió ser suya. Y gracias a eso, Keanu Reeves se convirtió en el elegido.