Desde su estreno el pasado 30 de abril, Extraterritorial ha irrumpido con fuerza en el catálogo de Netflix y se ha posicionado como una de las películas más vistas en Colombia. Se trata de un thriller alemán que ha escalado rápidamente en las listas de popularidad de la plataforma, superando incluso a producciones anglosajonas de alto perfil como Estragos (con Tom Hardy), lo que plantea una pregunta inevitable: ¿es Extraterritorial tan buena como para merecer esta atención?
La historia gira en torno a Sara Wulf, una exsoldado de élite marcada por la pérdida y el estrés postraumático. Interpretada por la actriz franco-alemana Jeanne Goursaud (Barbarians), Sara viaja al consulado estadounidense en Fráncfort junto a su pequeño hijo Josh con la esperanza de obtener una visa de trabajo. Sin embargo, el trámite se convierte en una pesadilla cuando el niño desaparece dentro del edificio y las autoridades afirman que ella llegó sola. El espectador es lanzado de inmediato a un mar de dudas: ¿es real lo que está ocurriendo o estamos frente a un colapso mental de la protagonista?
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La película, dirigida y escrita por Christian Zübert, mantiene una tensión constante durante sus 109 minutos de duración, combinando secuencias de combate bien coreografiadas con una narrativa que explora la fragilidad de la memoria y los traumas de la guerra. Sara, única sobreviviente de una emboscada en Afganistán, se ve atrapada en una red de conspiraciones, manipulación psicológica y traición institucional, donde nadie parece estar de su lado.
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Parte de la potencia narrativa de Extraterritorial radica en la progresiva revelación del complot que se esconde detrás del secuestro de Josh. El personaje de Eric Kynch, un agente de seguridad del consulado, encarna una figura ambigua que pasa de aliado a antagonista, en una estructura que recuerda al cine de espías pero con tintes profundamente humanos. La cinta no solo juega con el suspenso, sino que incorpora elementos de crítica a las instituciones, la burocracia internacional y la instrumentalización de personas vulnerables.
La actuación de Jeanne Goursaud es uno de los grandes aciertos de la producción. Su Sara es feroz, decidida, pero también emocionalmente compleja. En un mercado saturado de personajes de acción estereotipados, Goursaud entrega una interpretación que combina brutalidad y ternura sin caer en la caricatura. Su desempeño ha sido elogiado por críticos europeos y americanos, y ha comenzado a consolidarla como una de las revelaciones del cine de acción europeo.
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Extraterritorial también confirma una tendencia que Netflix ha venido consolidando desde El juego del calamar: el apetito global por contenidos no angloparlantes. Con un alto nivel técnico, un guion sólido y una protagonista inolvidable, esta cinta alemana demuestra que el idioma ya no es una barrera para conectar con audiencias de todo el mundo. Colombia no es la excepción, y el fenómeno local responde no solo al marketing de la plataforma, sino a una recepción genuina por parte del público, que valora la mezcla de adrenalina y emotividad que ofrece la historia.