Cuando se anunció que 'Gladiador 2' llegaría a los cines, el público esperaba grandes batallas, actuaciones memorables y un despliegue visual a la altura de su predecesora. Lo que nadie imaginaba es que una macaca llamada Sherry, originaria de una granja escuela en Navarra, se convertiría en una de las estrellas inesperadas de la cinta. En su papel como Dundus, la fiel compañera del emperador Caracalla, interpretado por Fred Hechinger, Sherry aporta carisma a la épica película dirigida por Ridley Scott.
Sherry vive en Basabere, una granja escuela en Lezáun, Navarra, conocida por su compromiso con el bienestar animal. Su participación en 'Gladiador 2' fue resultado de una feliz coincidencia: el equipo de producción buscaba monos para el rodaje y contactó con Basabere, que ya había trabajado en proyectos televisivos menores. Antes de aceptar la propuesta, los responsables de la granja se aseguraron de que las condiciones del set fueran óptimas para los animales, incluyendo sistemas de refrigeración y la presencia constante de sus cuidadores.
Durante el rodaje en Malta, Sherry no solo convivió con actores de renombre como Hechinger y Denzel Washington, sino que incluso improvisó una escena que quedó en la película. En un momento clave de la trama, Dundus salta del hombro de Caracalla al de otro personaje, una acción espontánea que Ridley Scott decidió mantener gracias a su estilo de filmación con múltiples cámaras. Este momento no solo sorprendió a los actores, sino que también se convirtió en uno de los más comentados tras bambalinas.
Fred Hechinger, quien comparte la mayoría de sus escenas con Sherry, destacó la espontaneidad del animal y su impacto en la película: “Trabajar con un mono como Sherry fue increíble. Su impulsividad se alinea perfectamente con la personalidad de mi personaje, y eso añadió una dimensión única a nuestras escenas”.
En un año lleno de producciones épicas, 'Gladiador 2' es de las películas más comentadas. La aparición de Sherry no solo aporta un toque entrañable, sino que demuestra que, incluso en superproducciones monumentales, los pequeños detalles pueden robarse el corazón del público.