Cuando se estrenó 'Joker' en 2019, la interpretación de Joaquin Phoenix y la visión del director Todd Phillips dieron vida a una versión del icónico villano del Universo DC completamente diferente. Esta representación de Arthur Fleck, un hombre mentalmente inestable que lucha por encontrar su lugar en un mundo que lo rechaza, se distanció de las tradicionales adaptaciones de los cómics. En lugar de centrarse en la evolución de Arthur hacia el Joker que los fanáticos conocen, Phillips presentó una historia más íntima y realista, en la que el personaje lidia con su propia identidad y su aceptación personal.
Con la llegada de la secuela, 'Joker 2: Folie à Deux', muchos esperaban ver a Arthur Fleck transformarse por completo en el clásico villano anárquico que siembra el caos en Gotham. Sin embargo, tanto Phoenix como Phillips han destacado que la película sigue una dirección distinta, brindándole a Arthur un cierre inesperado, uno que ambos consideran un "final feliz". ¿Qué significa esto en el contexto de un personaje tan trágico y complejo?
Según Phoenix, el final de 'Joker 2' representa una "resolución pacífica" para Arthur Fleck. A pesar del entorno sombrío y nihilista en el que se desenvuelve la película, el personaje llega a un punto de aceptación personal, lo que, para Phoenix, constituye una especie de victoria emocional. En una entrevista, el actor explicó que hay una "calidez" en la escena final, en la que Arthur, por primera vez, parece abrirse emocionalmente y conectarse con alguien más. Esta conexión, aunque pequeña, es un gran avance para un personaje que ha pasado gran parte de su vida aislado y alienado por su entorno y por su propia mente.
Todd Phillips, por su parte, sostiene que uno de los principales conflictos de Arthur a lo largo de ambas películas ha sido su lucha interna por aceptarse tal como es. En lugar de convertirse en el símbolo de rebelión que muchos de sus seguidores esperaban, Arthur finalmente llega a la conclusión de que no necesita ser el Joker, ni cumplir con las expectativas de los demás. En su lugar, se acepta como Arthur Fleck, un hombre roto, pero en paz con su identidad. Para Phillips, esta aceptación es lo que convierte el final en una especie de "final feliz", aunque esté lejos de lo que los espectadores podrían imaginar como tal en un contexto tradicional.
El impacto de este desenlace ha dividido a los seguidores de la franquicia. Mientras algunos celebran la profundidad emocional y el enfoque introspectivo de Phillips, otros han expresado su frustración por no ver a Arthur Fleck evolucionar hacia el Joker que esperaban. En lugar de abrazar el caos y el desorden, Arthur encuentra una paz interna que va en contra de las expectativas de quienes deseaban ver una transformación completa en el clásico villano.
Además, el tono único de 'Joker 2' refuerza esta visión alternativa. La inclusión de elementos musicales y la dinámica entre Arthur y Harleen Quinzel, interpretada por Lady Gaga, aportan una nueva capa de complejidad a la historia, alejándose aún más de las típicas adaptaciones de superhéroes. Para muchos, esta decisión ha sido arriesgada y ha generado opiniones encontradas, pero para Phillips y Phoenix, el desenlace es el reflejo perfecto del viaje de Arthur. No es una historia de redención ni de triunfo en el sentido tradicional. Es, más bien, la resolución de una batalla interna, donde Arthur Fleck deja de luchar contra sí mismo y acepta su verdadera naturaleza.