Los 90 fue una década muerta en muchos sentidos, de acuerdo con los especialistas en cultura general. La música y el arte venían de épocas de gran gloria en que géneros como el disco, el rock & roll o la electrónica se habían formado como se conocen hasta hoy. Sin embargo, el final del siglo XX fue un poco más discreto.
Sin embargo, en el cine el panorama fue muy diferente, debido a que varias de las mejores producciones de todos los tiempos se estrenaron en ese lapso. La lista de Schindler, El rey león, Rescatando al soldado Ryan, Forrest Gump, Pulp Fiction o Drácula de Bram Stocker llegaron a las pantallas.
Además, la década en cuestión recibió el talento adulto de las estrellas infantiles o juveniles de los 80, que no fueron pocas. En medio de la larga lista aparecía el nombre de un actor que se robó corazones, sonrisas y emociones en toda una generación: Michael J. Fox.
Con tan solo 24 años fue escogido para protagonizar Volver al futuro, una alocada apuesta de Universal Studios y Amblin Entertainment (la compañía de Steven Splieberg y Kathleen Kennedy), que mezclaba ciencia ficción y comedia.
La idea surgió en una era que veía el internet como un gran misterio universal, los carros voladores como el gran sueño de las sociedades utópicas y los viajes en el tiempo como objeto de estudio de los científicos más nerds de la comunidad académica.
Si bien Star Wars, La mosca y V: La batalla final acaparaban las miradas de todos los fans del sci-fi, esta misma comunidad pedía a gritos una alternativas más light, que si bien planteara un desafío científico en su trama, ofreciera un par de risas.
En ese sentido, la inclusión de Michael J. Fox, que tenía experiencia como comediante, ayudó a que la cinta de 19 millones de presupuesto reuniera más de 390 millones en taquilla, sin considerar que se convirtió en una trilogía.
Michael J. Fox pudo ser aún más grande
A pesar de todo, la fama del estadounidense pudo haber sido todavía más fuerte si hubiese aceptado una de las ofertas más jugosas de su vida. Le propusieron ser el protagonista de Ghost: La sombra del amor, en la que iba a compartir con Demi Moore.
“Se me habló de la película al inicio del desarrollo de Ghost”, dijo el actor. “Pero sé que nunca hubiese funcionado. Yo dije: Whoopi [Goldberg, que estaba a bordo como la médium Oda Mae y ganó un Oscar por ello] es óptima, pero nunca va a funcionar. Y entonces la película fue un rotundo éxito: yo solo pensé que era un idiota”, recordó en su documental de Apple TV+.