Netflix sigue viendo oportunidades de éxito en las historias reales ocurridas en Colombia, por lo que ha lanzado producciones inspiradas en algunas, tales como Historia de un crimen: Colmenares, Goles en contra o El robo del siglo. Ahora, la plataforma intenta algo similar con Secuestro del vuelo 601.
La producción se estrenó el 10 de abril y consta únicamente de seis episodios. A su vez, cuenta con un reparto lleno de estrellas, entre las que se destacan Mónica Lopera, Christian Tappan, Enrique Carriazo, Marcela Benjumea, Ángela Cano, Carlos Manuel Vesgas y el actor argentino Valentín Villafañe.
Mientras tanto, su sinopsis no es muy compleja de entender, puesto a que se trata de una interpretación adaptada a la televisión de la retención ilegal más larga que ha sufrido un viaje en avión en toda la historia.
“Dos revolucionarios armados secuestran y amenazan con hacer explotar el Vuelo 601 a menos que el gobierno colombiano libere a 50 prisioneros políticos y les pague un cuantioso rescate en efectivo. Ante la negativa de los líderes políticos a negociar, los agresores comienzan a tomar decisiones drásticas que pondrán en vilo la seguridad de los rehenes mientras el avión vuela sin rumbo fijo. En medio del horror inminente, el capitán y dos valientes azafatas deben luchar para devolver sanos y salvos a los rehenes y burlar a los secuestradores mientras negocian con las autoridades. Este es un impresionante thriller inspirado en hechos reales ocurridos el 30 de mayo de 1973”, detalla Netflix acerca de la trama.
En ese sentido, la mayoría de sus personajes son personas que existieron en la vida real, mientras que otros fueron creados únicamente para la ficción. Así las cosas, aunque se sabe poco del piloto o de las azafatas, los dos secuestradores sí fueron retratados fielmente.
La historia detrás de Borja y 'El Toro' Solano fue respetada para conservar el arco original de los hechos.
¿Quiénes fueron los futbolistas que secuestraron el vuelo 601?
Por increíble que parezca, los autores del crimen no fueron ex militares, ni guerrilleros activos en combate o mucho menos estrategas delictivos, como suele suceder en estos casos, sino que se trató de un par de futbolistas que habían tenido poco éxito.
De origen paraguayo, Eusebio Borja y Francisco Solano López habían fichado en 1969 por el América de Ambato, un modesto equipo ecuatoriano que luchaba por seguir existiendo. En esa oportunidad, por el hecho de compartir su tierra madre, se hicieron buenos amigos.
Aunque ambos fueron figuras del club en sus actuaciones con el mismo, el onceno descendió y todos los sueños de los extranjeros se fueron por el piso.
Al primero le apodaban 'El Cacho' y al segundo, 'El Toro'. Con gran fama, se dirigieron se separaron, puesto que la Liga Deportiva Universitaria (LDU) y el Patria de Guayaquil los firmaron por separado.
Después, en 1971, ambos tuvieron oportunidades en países como Ecuador o Colombia, pero ya no brillaban como al comienzo de sus carreras y las malas rachas de los clubes en los que habían jugado los condenaba. Perdidos por completo, decidieron volver a Paraguay.
En Pereira existía una colonia de futbolistas paraguayos, los cuales se contactaron con ellos y les brindaron una última opción antes de repatriarse.
Los meses se pasaron y después de muchas pruebas, ningún conjunto deportivo en el país se interesó en ellos, así que, desesperados, no vieron más opción que... ¡Secuestrar un avión!
La "brillante" idea los llevó a la primera plana de cientos de titulares, pero nunca de regreso a las canchas.
En la serie Secuestro del vuelo 601, Borja es interpretado por Valentín Villafañe, mientras que Solano Pérez es personificado por Alían Emmanuel Devatac.