Hace 50 años, en la ciudad de Neiva, Colombia, la vida de dos hombres se cruzó para escribir uno de los capítulos más pintorescos de la historia opita, revelando parte de la idiosincrasia colombiana: el engaño del embajador de la India. Jaime Torres Ortiz, un seminarista que se hizo pasar por el representante diplomático de la India, engañó a la ciudad, en una época en la que Colombia no tenía relaciones diplomáticas con el país asiático.
La historia fue narrada en el periódico El Debate, del que Plazas Alcid era director, y se convirtió en la base del guion de la película colombiana El embajador de la India de 1987, protagonizada por Hugo Gómez.
La trama de la película sigue a Jaime Flórez, un astuto y malicioso provinciano que, por una serie de malentendidos, es confundido con el representante diplomático de la India en una ciudad colombiana de clima caliente. Flórez decide aprovecharse de la situación y engañar a todos, fingiendo ser el embajador de la India y haciéndose pasar por un importante personaje en la ciudad.
La película es una divertida comedia que juega con el choque cultural y los estereotipos asociados a la India y su cultura. La trama se desarrolla en un ambiente tropical y se centra en las situaciones cómicas que se generan a partir de la confusión de Flórez con el embajador de la India.
El Embajador de la India es una película que logró un gran éxito en Colombia y se convirtió en una de las comedias más populares de la década de 1980. Su humor y su estilo único han permitido que la película se mantenga vigente y sea recordada por muchas generaciones de colombianos.