El anime de horror de una sola temporada que deberías ver alguna vez en tu vida
Si la vida hubiese querido otro destino para mí y me hubiese dado la opción de escoger, seguramente sería mangaka o futbolista, pero ni dibujo bien ni coordino tres pases, así que mejor me quedo escribiendo sobre libros y películas.

Una historia brutal, filosófica y demoledora que demuestra por qué el terror existencial sigue siendo una fuerza imbatible en el anime.

Hay animes que se ven, animes que se comentan y animes que, sin pedir permiso, se te meten bajo la piel. Parasyte: The Maxim pertenece a esta última categoría: una obra que desgarra, cuestiona y descoloca, mientras arma —pieza por pieza— un espejo incómodo de la humanidad. Para quienes les late la vibra de las invasiones extraterrestres, el caos social, las imágenes perturbadoras y los dilemas éticos envueltos en sangre, este es un must absoluto.

Basada en el manga de Hitoshi Iwaaki, publicado entre 1988 y 1995 y compuesto por 10 volúmenes, Parasyte se convirtió en un clásico tardío. Pasaron casi dos décadas antes de que Madhouse —el mismo estudio detrás de Monster, Claymore y Sakura Cardcaptor— decidiera transformar la historia en un anime de 24 episodios emitido entre 2014 y 2015. El resultado: uno de los títulos más queridos, grotescos y conceptualmente provocadores de todo el género.

La premisa es tan simple como devastadora. Una serie de parásitos extraterrestres invade la Tierra. Son criaturas pequeñas, viscosas, que entran por la nariz o los oídos, consumen el cerebro y toman control total del cuerpo humano. Lo que sigue es un escenario de horror biológico: cabezas que se abren como flores carnívoras, extremidades que mutan, cuerpos que se retuercen en un ballet macabro. Visualmente, la serie es un festín de incomodidad.

En medio de ese infierno aparece Shinichi Izumi, un adolescente de 17 años algo torpe, inseguro, enamorado en silencio de Satomi Murano. Una noche, un parásito intenta entrar en su oído; falla, prueba por la nariz y Shinichi despierta justo a tiempo para impedir que llegue a su cerebro. El alienígena, acorralado, termina alojándose en su mano derecha. Así nace Migi, un compañero involuntario cuya lógica fría y amoral confronta constantemente la humanidad de Shinichi.

Lo fascinante es la relación que ambos desarrollan. Al estilo de Chainsaw Man con Denji y Pochita, la dupla humano–parásito redefine quién es monstruo y quién es víctima. Migi necesita a Shinichi para sobrevivir; Shinichi depende de Migi para enfrentar a los parásitos que detectan al intruso que lleva dentro. Lo que inicia como coexistencia forzada se transforma en un vínculo extraño, casi familiar, que obliga al protagonista a replantear la frontera entre lo humano y lo ajeno.

La serie profundiza en preguntas duras: ¿qué nos hace humanos? ¿Qué tan delgada es la línea que separa la compasión del instinto de supervivencia? ¿Quién merece vivir cuando todas las formas de vida parecen devorar a otras? El anime no ofrece consuelo fácil: su final es agridulce, más emocional que espectacular, y deja claro que incluso en la pérdida puede germinar un tipo de libertad.

A pesar del culto que generó, Parasyte jamás tuvo segunda temporada. La razón es sencilla: el anime adapta por completo los 64 capítulos del manga original. No hubo recortes ni pendientes. El cierre que ves es el cierre definitivo.

Eso no impidió que la obra siguiera expandiéndose. En 2024, Netflix lanzó un nuevo live-action surcoreano —Parasyte: Los Grises— que reavivó el interés global por la franquicia. Y para quienes quieren más, existen el spin-off Kiseijuu Reversi y la antología Neo Kiseijuu, pequeñas ventanas a un universo que siempre ha sido más vasto de lo que parece.

Si después de verla te quedas con hambre de historias igual de retorcidas, Inuyashiki ofrece un duelo visceral entre dos humanos convertidos en armas vivientes; Tengoku Daimakyo propone un viaje posapocalíptico tan enigmático como adictivo; y Dead Dead Demons Dededede Destruction explora la convivencia entre lo adorable y lo apocalíptico con una ironía devastadora.

Parasyte: The Maxim está disponible en Netflix y Crunchyroll. Solo un consejo: mírala con las luces apagadas y la mente abierta. Este anime no solo entretiene; también muerde, se aferra… y no te suelta jamás.

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