En 1993, Denzel Washington y Julia Roberts protagonizaron El informe pelícano (The Pelican Brief), una de las adaptaciones cinematográficas más recordadas de las novelas de John Grisham. La película, dirigida por Alan J. Pakula, se convirtió rápidamente en un éxito gracias a la química entre sus protagonistas y a su intrincada trama de conspiraciones, asesinatos y poder. Sin embargo, detrás de ese suspenso político se escondía una decisión personal que transformó la historia del rodaje.
Washington, quien entonces ya era una de las figuras más respetadas de Hollywood, se negó a filmar las escenas de amor que el guion incluía entre su personaje, Gray Grantham, y el de Julia Roberts, Darby Shaw. Aunque la pareja tenía una evidente conexión en pantalla, el actor pidió eliminar cualquier insinuación romántica o beso entre ambos. No fue un capricho, sino una decisión cuidadosamente pensada.
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Años después, Washington explicó que su negativa se debía a una experiencia previa en la película The Mighty Quinn (1989), donde había rodado una escena romántica con la actriz blanca Mimi Rogers. Durante una proyección de prueba, el público —en su mayoría mujeres negras— reaccionó con incomodidad ante ese momento, lo que llevó a los productores a cortar la escena. El actor tomó nota de aquello y decidió ser más consciente de cómo sus papeles representaban a la comunidad que lo había acompañado desde sus inicios.
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“Las mujeres negras siempre han sido mi base. Cuando nadie más iba a verme, ellas estaban allí”, declaró tiempo después el actor, subrayando que su decisión tenía más que ver con el respeto que con la censura. Washington entendía que en Hollywood había una larga historia de exclusión y que las mujeres negras rara vez eran mostradas como objetos de deseo. Ante ese panorama, prefirió no reforzar la tendencia de idealizar exclusivamente la belleza blanca en pantalla.
Julia Roberts, por su parte, ha sido completamente comprensiva con la elección de su compañero. En una entrevista, aseguró que ella estaba dispuesta a filmar esas escenas, pero que respetó la decisión de Washington sin discutirla. “Era su elección, y la apoyé completamente”, señaló la actriz.
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A 32 años del estreno de El informe pelícano, la película sigue siendo un referente del cine de intriga política de los noventa, pero también un recordatorio de cómo las decisiones personales de los actores pueden trascender la ficción y reflejar debates más amplios sobre raza, representación y poder en la industria. Denzel Washington no solo interpretó a un periodista comprometido con la verdad: también actuó, fuera del set, con la misma integridad que lo ha convertido en una leyenda viva del cine.