El regreso de Merlina a Netflix prometía ser uno de los grandes eventos televisivos de 2025. Con Tim Burton nuevamente al frente y Jenna Ortega retomando su papel de la carismática y sarcástica Merlina Addams, la segunda temporada se estrenó con altas expectativas. La producción optó por un tono más sombrío, la introducción de nuevos personajes y un enfoque narrativo que buscaba afinar los matices que la primera entrega dejó pendientes. Sin embargo, pese al entusiasmo inicial, la serie no ha conseguido colocarse entre las diez más vistas a nivel global en la plataforma, un golpe inesperado para una de sus franquicias más populares.
La primera parte de esta segunda temporada —compuesta por cuatro episodios— sitúa a la protagonista en un nuevo ciclo escolar en la Academia Nunca Más, enfrentándose a un director distinto, a la presión de su creciente fama y a la debilitación de sus poderes psíquicos. Aunque la crítica ha destacado el carisma inagotable de Ortega y algunos aciertos en la narrativa, las cifras de visualización no han acompañado el lanzamiento. En mercados clave, como Estados Unidos y gran parte de Europa, la serie ha sido superada por otros estrenos recientes, perdiendo el efecto arrasador que tuvo en su debut de 2022.
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Las reseñas internacionales ofrecen un panorama mixto. Medios como Hobby Consolas y USA Today señalan que esta entrega es más equilibrada y aporta mayor tensión y horror genuino. Sin embargo, otros como Polygon apuntan que tanto el personaje como la trama parecen lastrados por el peso de la popularidad previa, sin la frescura que conquistó a la audiencia la primera vez. Incluso, desde AV Club se ha cuestionado el aprovechamiento del amplio y talentoso elenco.
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El fenómeno de Merlina en 2022 no solo se debió a su historia, sino también a la fuerza de sus referencias culturales, su estética cuidada y el magnetismo de Ortega, que con su interpretación redefinió el papel para toda una nueva generación. Pero en esta segunda temporada, el formato de temporada dividida y la fuerte competencia en el catálogo de Netflix parecen haber diluido su alcance inmediato.
La plataforma aún apuesta por recuperar el impulso cuando se estrene la segunda parte, programada para el 3 de septiembre. Hasta entonces, el reto será mantener viva la conversación en redes y evitar que la serie quede eclipsada por los próximos estrenos. Lo que está claro es que Merlina sigue contando con una base de fans leal, pero la expectación inicial ya no es suficiente: el verdadero desafío será volver a enamorar al público global.