Este actor se hizo vegano al día siguiente de filmar una popular película infantil: Cambió su vida para siempre
Santiago Díaz Benavides
Desde 'Forrest Gump' hasta 'Interestelar', pasando por 'Guerra Mundial Z' y 'Naruto', puedo pasar horas hablando sobre mis producciones favoritas. Si me preguntas qué es lo que más me gusta del cine te diré que es mucho mejor que la vida.

El vínculo entre un personaje y su intérprete puede ir mucho más allá del set. A veces, un papel despierta convicciones tan profundas que termina transformando por completo la vida del actor.

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En 1995, James Cromwell se metió en la piel del bondadoso granjero Arthur Hoggett en Babe: el cerdito valiente, sin imaginar que ese rodaje marcaría un antes y un después en su vida. Aunque su participación se redujo a apenas 16 líneas de diálogo, la historia de un cerdito decidido a cambiar su destino dejó una huella imborrable en él. Tanto, que al día siguiente de grabar decidió adoptar el veganismo, decisión que lo acompañaría hasta hoy.

Su camino hacia una alimentación libre de carne había comenzado décadas antes. En 1974, tras visitar un corral de ganado en Texas, quedó impactado por “el olor, el terror y la ansiedad” de los animales, y optó por el vegetarianismo. Sin embargo, en algunos periodos volvió a incluir carne en su dieta. Fue Babe la que, definitivamente, cerró esa puerta. El vínculo que estableció con los animales durante el rodaje, y la coherencia que buscaba para hablar de la película, lo llevaron a dar el paso definitivo y eliminar también todos los productos de origen animal.

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A partir de entonces, Cromwell convirtió el activismo en un papel tan importante como cualquier personaje en su filmografía. Ha denunciado públicamente la explotación de animales en parques marinos como SeaWorld, protestado contra el transporte de monos para experimentos y alzado la voz contra la crueldad de la industria alimentaria. Su compromiso lo ha llevado a acciones directas y mediáticas: desde encerrarse en una caja para evidenciar el transporte de primates, hasta pegarse la mano con pegamento a un mostrador de Starbucks para protestar por el sobreprecio de la leche vegetal.

El actor ha sido arrestado en varias ocasiones, algo que toma con naturalidad: “Pierdo la cuenta. Siete u ocho veces, tal vez más”, bromeó en una entrevista. Su constancia le valió ser nombrado Persona del Año por PETA en 2022, en reconocimiento a su “incansable labor de abrir los ojos a los problemas de los derechos de los animales”.

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Incluso fuera del set, la historia de Babe ha vuelto a cruzarse con la suya. En 2023, Cromwell rescató a un cerdito que había caído de un camión rumbo al matadero. Lo llamó Babe, en homenaje al personaje que lo inspiró a cambiar su forma de comer y de vivir. Para él, no se trataba de un gesto aislado: “Todos los cerdos merecen vivir su vida en un santuario, eligiendo cuándo retozar, dónde buscar comida y cómo pasar el tiempo”.

A sus más de 80 años, James Cromwell demuestra que un papel en el cine puede trascender la pantalla y convertirse en una causa de vida. Y que, a veces, un pequeño cerdito de ficción puede despertar las convicciones más grandes.

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