La expectativa era enorme: Scarlett Johansson como protagonista, una historia independiente guiada por el director Gareth Edwards y una promesa de regresar al espíritu original de Steven Spielberg. Sin embargo, Jurassic World: Rebirth, estrenada el pasado 3 de julio, ha generado más debates que aplausos entre los seguidores de la saga. A continuación, enumeramos cinco aspectos que los fans —y varios críticos— no han podido perdonar de esta nueva entrega.
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1. La trama secundaria es más interesante que la principal
Uno de los mayores puntos de frustración radica en que la historia paralela —la de una familia atrapada accidentalmente en la isla— resulta mucho más atractiva y emocional que la misión de la protagonista. Mientras Zora Bennett (Johansson) y su equipo buscan ADN de dinosaurios para una farmacéutica, los espectadores terminan más comprometidos con la angustia de Reuben (Manuel García-Rulfo) y sus hijas, que enfrentan un mosasaurio y otros peligros en plena jungla. El resultado: la película parece dividirse en dos y ninguna de sus mitades es completamente satisfactoria.
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2. Una protagonista sin riesgo real
Scarlett Johansson aporta carisma y solidez al papel de Zora, una mercenaria al servicio de la ciencia corporativa. Pero su personaje, al igual que el del paleontólogo Henry Loomis (Jonathan Bailey), nunca parece estar en peligro auténtico. La certeza de que saldrán ilesos de cada escena de acción elimina gran parte del suspenso. En una franquicia que construyó su prestigio a partir del terror de lo imprevisible, esta falta de tensión es un error crucial.
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3. Efectos impresionantes, pero sin novedad emocional
Los dinosaurios lucen mejor que nunca, eso es indiscutible. El trabajo digital y práctico sobre criaturas como el D. Rex o el quetzalcoatlus ha sido ampliamente elogiado. Sin embargo, las escenas que deberían despertar asombro terminan sintiéndose recicladas. Edwards intenta evocar el impacto de la primera Jurassic Park, especialmente en una secuencia de dinosaurios pastando bajo la música de John Williams, pero termina recordándonos lo inalcanzable que sigue siendo la magia del filme original de 1993.
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4. Una historia superficial y sin dirección clara
Muchos fans esperaban que Rebirth marcara un nuevo inicio para la franquicia, pero terminó siendo una aventura aislada sin relevancia para la mitología general. Críticos como Peter Debruge de Variety señalaron que, aunque la presencia femenina en el centro del conflicto es refrescante, la película no aporta nada significativo al universo jurásico. En palabras de Joey Magidson, de Awards Radar, “para bien o para mal, es más de lo mismo”.
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5. Humor forzado y decisiones cuestionables
Intentos de agregar ligereza o profundidad emocional fallan por igual. Un ejemplo: Henry, el personaje de Jonathan Bailey, mastica ruidosamente pastillas de menta en medio de momentos de tensión, en lo que parece un intento fallido de comic relief. Este tipo de decisiones narrativas solo distraen y acentúan la falta de cohesión en el tono general del filme.
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¿Renacimiento o repetición?
Jurassic World: Rebirth tenía el potencial de ser una nueva era para la saga, pero terminó atrapada entre el homenaje y la fórmula. A pesar de sus estrellas, sus efectos y la mano (aunque lejana) de Spielberg, no logra capturar ni el terror ni la maravilla que hizo de los dinosaurios un fenómeno cinematográfico. Y aunque algunos críticos consideran que es lo mejor desde The Lost World, para muchos fans representa un capítulo más que olvidable.