El Inter de Milán llega a la final de la Champions League 2024/25 con la confianza por las nubes. El equipo dirigido por Simone Inzaghi se instaló en el Allianz Arena de Múnich tras firmar una campaña memorable: 10 victorias, 3 empates, una sola derrota y, sobre todo, 26 goles que fueron labrando su camino hacia la gloria. Cada tanto fue un ladrillo más en la construcción de este sueño europeo que busca repetir la hazaña de 2010.
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Desde el primer partido, los italianos demostraron solidez y contundencia. Aunque comenzaron con un empate sin goles ante el Manchester City en Inglaterra, el gol no tardó en llegar: en la segunda jornada de la fase de grupos, el Inter goleó 4-0 al Estrella Roja, con anotaciones que incluyeron un golazo al ángulo de Hakan Çalhanoğlu, un símbolo del orden y la precisión en el mediocampo.
A partir de allí, los neroazzurros comenzaron una racha ganadora que se extendió por varias jornadas. En su visita al Young Boys, ganaron 0-1 con un cabezazo quirúrgico de Alessandro Bastoni tras un tiro de esquina. Luego, en casa, vencieron 1-0 al Arsenal con un tanto de Nicolò Barella desde la media distancia. Ante el Leipzig, repitieron marcador: otro 1-0, esta vez gracias a Marcus Thuram, que aprovechó un rebote del arquero.
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El único tropiezo del Inter llegó en su visita al Bayer Leverkusen, que los venció 1-0 con un gol agónico de Mukiele. Pero los italianos no se desmoronaron. Al contrario, cerraron la fase de grupos con una contundente victoria 3-0 sobre el Mónaco, impulsados por un hat-trick del argentino Lautaro Martínez, máximo goleador del equipo y líder absoluto del ataque.
En octavos de final, el rival fue el Feyenoord. En la ida, ganaron 0-2 en Rotterdam con goles de Thuram y Barella. En la vuelta, en San Siro, vencieron 2-1 gracias a un zurdazo cruzado de Çalhanoğlu y un remate de primera de Dimarco. El global fue 4-1, y la sensación de que el Inter estaba para grandes cosas crecía.
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El duelo en cuartos de final fue contra un peso pesado: el Bayern Múnich. En el Allianz Arena, Lautaro Martínez abrió el marcador y luego Dimarco selló el 1-2 con una joya de tiro libre. En la vuelta, el partido terminó 2-2, con goles interistas de Thuram y Frattesi, este último clave también en las semifinales.
Y es que contra el Barcelona, en una de las series más emocionantes del torneo, el Inter se impuso 7-6 en el global. En la ida, empataron 3-3 con doblete de Lautaro y un gol de Barella. En la vuelta, ganaron 4-3: Dimarco, Thuram, Lautaro y, finalmente, Frattesi en el tiempo de descuento, pusieron los goles que hicieron estallar a San Siro.
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Cada uno de los 26 goles del Inter en esta edición fue una muestra de su versatilidad ofensiva: tiros lejanos, jugadas colectivas, contraataques letales y precisión en balón parado. Más allá del poder económico de otros clubes como el PSG —su rival en la gran final y cuya plantilla está valorada en 924 millones de euros frente a los 664 del Inter—, el equipo italiano demostró que la combinación de talento, táctica e identidad puede marcar la diferencia.
Este sábado, el Inter buscará alzar su cuarta “Orejona”. Si lo logra, muchos recordarán no solo el título, sino también cada gol que los trajo hasta aquí.