En 2003, Clint Eastwood sorprendió al mundo del cine con Mystic River, un thriller psicológico que se apartaba de su legado habitual de westerns y películas de guerra para adentrarse en los rincones más oscuros del alma humana. Basada en la novela homónima de Dennis Lehane, la película se convirtió rápidamente en una de las más aclamadas del director, ganando dos premios Oscar: Mejor Actor para Sean Penn y Mejor Actor de Reparto para Tim Robbins. Sin embargo, hubo una omisión notoria y hasta hoy difícil de justificar: Kevin Bacon.
IMDb
En Mystic River, Bacon interpreta a Sean Devine, un detective de la policía estatal de Massachusetts que investiga el brutal asesinato de la hija de su viejo amigo Jimmy Markum (Penn). A lo largo del filme, su personaje actúa como el eje moral y emocional que equilibra la tensión entre el dolor de un padre que busca venganza y el trauma silente de Dave Boyle (Robbins), un hombre que arrastra las secuelas de un abuso infantil. La actuación de Bacon es contenida, precisa y profundamente humana. A diferencia de las interpretaciones más explosivas de sus compañeros, Bacon logra transmitir el peso de la culpa, el deber y la amistad rota con solo una mirada o un suspiro contenido.
Pese a esto, su trabajo fue completamente ignorado por la Academia. Ni una nominación, ni una mención. Muchos críticos de la época lo destacaron como el verdadero pegamento de la película, el único personaje que se mueve entre los dos polos emocionales del relato sin perder credibilidad. Bacon ofrece una interpretación que no busca el aplauso fácil, sino que sostiene la narrativa con una calma que solo los grandes actores logran transmitir.
IMDb
¿Por qué fue ignorado? Algunos señalan que el papel de Bacon era “menos vistoso” en comparación con el de sus colegas, cuyos personajes vivían momentos de mayor dramatismo o expresividad. Sin embargo, la industria ha premiado antes a actuaciones igual de contenidas. Otros sugieren que, al haber trabajado tantos años en cine comercial, Bacon aún no tenía el reconocimiento artístico que la Academia suele valorar en sus nominaciones.
Veinte años después, Mystic River sigue siendo una de las obras más memorables de Clint Eastwood. Y aunque el Oscar le fue esquivo a Kevin Bacon, su papel en esta película continúa siendo uno de los más sólidos y conmovedores de su carrera. En una cinta sobre traumas del pasado y caminos divergentes, él representa la mirada firme que intenta comprender sin juzgar, investigar sin ceder al odio. Es tiempo de reconocerlo.