Joaquin Phoenix, el célebre actor de 50 años conocido por su intensa interpretación del Joker, fue víctima de un robo que ha sacudido tanto a Hollywood como a las redes sociales. Según reportes de TMZ y medios como Us Weekly, su automóvil —un Volvo SUV modelo 2022 valuado en cerca de 60 mil dólares— fue sustraído entre el domingo 27 y el lunes 28 de abril de este año, justo frente a su residencia en Los Ángeles.
La noticia fue confirmada por un empleado del propio Phoenix, quien notó la ausencia del vehículo y presentó una denuncia formal ante el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD). Hasta el momento, la investigación continúa sin arrestos ni mayores avances públicos, lo que ha intensificado la inquietud sobre la creciente ola de delitos que afecta a figuras del entretenimiento.
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El caso de Phoenix no es un hecho aislado. En lo que va del año, varias celebridades han sido blanco de robos similares. Nicole Kidman y Keith Urban sufrieron un intento de allanamiento en febrero; la residencia de Tom Hanks también fue vulnerada; y el futbolista Olivier Giroud reportó la pérdida de medio millón de dólares en joyas. Incluso siete ciudadanos chilenos fueron recientemente acusados de formar parte de una banda internacional especializada en irrumpir en casas de deportistas y actores mientras estos se encontraban fuera por compromisos profesionales.
Este nuevo episodio representa un golpe más para Joaquin Phoenix, quien ya venía atravesando un periodo complicado en el plano profesional. Tras el esperado estreno de Joker: Folie à Deux en 2024, la película —donde compartió escena con Lady Gaga como Harley Quinn— no logró replicar el éxito de su antecesora. A pesar de su entrega emocional y física al papel, incluida una ardua preparación que implicó entrenamiento de baile y una transformación física exigente, la recepción crítica fue desigual y la taquilla apenas superó los 200 millones de dólares, cifra considerada modesta para una producción basada en personajes de cómic.
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En entrevistas recientes, Phoenix confesó que dudó en regresar como Arthur Fleck. “Había una parte de mí que era reacia. La primera película fue una experiencia muy especial y no quería arruinarla”, reveló a Esquire. A pesar de sus temores, decidió asumir el reto, motivado por la posibilidad de explorar otras dimensiones del personaje, aunque el resultado final dividió a la audiencia y la crítica.
El robo de su vehículo, parte de una colección de automóviles que posee en su domicilio, parece simbolizar la vulnerabilidad que incluso las estrellas más reservadas no pueden evitar en una ciudad como Los Ángeles, donde la delincuencia ha comenzado a concentrarse en zonas de alto perfil.
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Mientras tanto, las redes sociales no tardaron en reaccionar con indignación, memes y mensajes de apoyo al actor. Algunos fanáticos incluso ironizaron con que, tras las críticas a Folie à Deux, “ni su auto quiso quedarse”. Otros, en cambio, apuntaron a la urgente necesidad de reforzar la seguridad en las zonas residenciales de las celebridades.
A pesar del mal trago, Joaquin Phoenix no se detiene. Su próximo proyecto, Eddington, una apuesta del aclamado director Ari Aster, lo reunirá con Emma Stone, Pedro Pascal y Austin Butler. Tal vez allí encuentre un nuevo terreno fértil para reinventarse —y esta vez, esperemos, sin que le roben el coche.