
En la década de los 2000, cuando el musical cinematográfico vivía un inesperado resurgimiento, Hollywood preparaba la adaptación de uno de los espectáculos más icónicos de Broadway: Chicago (2002). El proyecto atrajo el interés de varias figuras del entretenimiento, incluidas dos leyendas: Michael Jackson y John Travolta. Sin embargo, el papel de Billy Flynn, el carismático abogado de la historia, terminó en manos de Richard Gere, quien logró un desempeño que aún resuena como uno de los más emblemáticos de su carrera.

El legendario Rey del Pop, Michael Jackson, estaba interesado en incursionar en el cine con un rol que le permitiera desplegar su talento en la música y el baile. Por su parte, John Travolta, quien ya había demostrado su talento en el género con Grease y Fiebre de sábado por la noche, también estuvo considerado. Sin embargo, los productores de Chicago optaron por Gere debido a su presencia escénica y su capacidad para encarnar el carisma manipulador del personaje.
Dirigida por Rob Marshall, Chicago se convirtió en un rotundo éxito de taquilla y crítica, ganando seis premios Oscar, incluido Mejor Película. Gere, en el papel de Billy Flynn, demostró que no solo podía interpretar a galanes en dramas románticos como Pretty Woman, sino que también tenía el carácter y la voz para brillar en el musical. Su número "Razzle Dazzle" es recordado como una de las secuencias más impactantes de la película, donde combina canto, baile y una actuación llena de carisma y picardía.

La elección de Gere resultó un acierto que consolidó a Chicago como un referente del género en el siglo XXI. Mientras que Jackson y Travolta tenían el talento para asumir el rol, la interpretación del actor de Gigoló americano dejó una huella imborrable en el cine. Su participación le valió un Globo de Oro como Mejor Actor en Comedia o Musical, reafirmando su versatilidad y demostrando que, a veces, los castings inesperados terminan creando historia.