
La adaptación de 'Cien años de soledad' como serie en Netflix no solo ha cautivado a millones de espectadores en todo el mundo, sino que también ha provocado un acalorado debate entre lectores y críticos. Los hijos del Nobel de Literatura, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, se han convertido en las voces más autorizadas para hablar del proyecto, defendiendo su decisión de adaptar la obra y explicando que, aunque es inevitable la comparación, "la serie y el libro son cosas distintas".
En una reciente entrevista publicada por la revista Cambio, en conversación con Patricia Lara Salive, Rodrigo y Gonzalo revelaron que la idea de llevar la historia de los Buendía a la pantalla no partió de Netflix, sino de ellos mismos. Hace casi una década, junto a su madre, Mercedes Barcha, comenzaron la búsqueda de una plataforma dispuesta a cumplir con cuatro condiciones fundamentales: que la serie fuera grabada en español, en Colombia, con un elenco y equipo mayoritariamente locales, y con un presupuesto suficiente para honrar la magnitud de la obra. “La lógica fue que con el tiempo alguien iba a hacer la adaptación. Era mejor que fuera bajo nuestras condiciones y no esperar a que los derechos de autor expiraran y cualquiera pudiera hacerlo”, explicó Gonzalo.

"Nuestro padre no era conservador"
A pesar de que Gabriel García Márquez expresó en varias ocasiones que no quería que su obra magna fuera llevada al cine, sus hijos creen que esto se debía más a las limitaciones de la época que a una negativa absoluta. “Nuestro padre no alcanzó a ver las nuevas condiciones de producción de hoy, con plataformas como Netflix, que permiten narrativas extensas y detalladas. Creemos que, de haber conocido este panorama, podría haberse entusiasmado”, señaló Rodrigo.
Para Gonzalo, quien recuerda que su padre les dijo “cuando yo esté muerto, hagan lo que quieran”, el streaming representa una oportunidad para acercar la novela a nuevas generaciones. “Muchos jóvenes han oído hablar del libro, pero no se han animado a leerlo. La serie puede servir como punto de partida para comprenderlo mejor o simplemente como una forma de disfrutar la historia de Macondo desde otra perspectiva”.

La serie como reinterpretación
Una de las críticas más frecuentes hacia las adaptaciones de García Márquez ha sido el exceso de fidelidad al texto original, lo que en ocasiones ha resultado en obras cinematográficas fallidas. Para evitar este error, los hermanos confiaron en el guionista José Rivera, con quien compartieron la visión de adaptar la historia al lenguaje audiovisual sin perder su esencia. “No queríamos que la serie fuera una mera transcripción del libro. Había que reinterpretarla”, comentó Rodrigo, quien tiene experiencia como director de cine.
Ambos recalcaron que las comparaciones entre la novela y la serie son inevitables, pero no necesarias. "La serie es una experiencia distinta. No compite con el libro. De hecho, creemos que puede inspirar a muchos a leer la novela después de verla", afirmó Rodrigo, agregando que "Cien años de soledad" ahora se une al grupo de grandes obras literarias que han sido adaptadas, como "Don Quijote" o "El Conde de Montecristo".

Un legado para el futuro
Los hijos del autor coinciden en que esta serie no solo homenajea el legado de su padre, sino que también posiciona a la literatura latinoamericana en un escenario global. Para Rodrigo y Gonzalo, lo más importante es que ambas experiencias –la lectura y la visualización– se vivan sin prejuicios. "Vean la serie, juzguen por ustedes mismos. Si no les gusta, lean el libro, o viceversa. Al final, ambas son formas de entrar al mundo mágico de Macondo", concluyó Rodrigo.
Con esta adaptación, 'Cien años de soledad' vuelve a resonar en la cultura popular, abriendo un diálogo entre generaciones y demostrando que la obra de García Márquez sigue siendo atemporal.