La fiebre por 'El juego del calamar' está lejos de terminar. Tras el rotundo éxito de sus primeras temporadas y la confirmación de una tercera entrega para 2025, la serie surcoreana sigue siendo un fenómeno cultural que despierta toda clase de debates. En medio de la incertidumbre por su desenlace, vale la pena imaginar cómo sería si la competencia mortal se llevara a cabo en Bogotá, ¿cuál sería el premio en pesos colombianos?
En la serie, el ganador recibe 45.600 millones de wones surcoreanos, una cifra que equivale a unos 34 millones de dólares estadounidenses. Convertir este monto a la moneda colombiana da como resultado un número impactante: 142.800 millones de pesos colombianos, tomando como referencia un tipo de cambio promedio de 4.200 pesos por dólar.
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Para poner esta cifra en contexto, los 142.800 millones de pesos representarían un monto equivalente al presupuesto anual de varios municipios colombianos o incluso podría financiar importantes proyectos de infraestructura en el país. Es una cantidad que cambiaría la vida de cualquier colombiano, aunque en el contexto de la serie, el costo de participar sea literalmente jugarse la vida.
La llegada de la tercera temporada
Mientras los fanáticos esperan ansiosos la llegada de la tercera temporada en 2025, muchas preguntas inundan las redes: ¿Volveremos a ver al misterioso líder de los juegos? ¿Qué nuevas pruebas esperarán a los participantes? Y, más intrigante aún, ¿seguirá el premio creciendo en las próxima temporada?
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¿El "juego" en Bogotá?
Si el macabro certamen se trasladara a Bogotá, podría adquirir elementos que lo hicieran aún más aterrador y cercano a la cultura local. Tal vez juegos infantiles como "la golosa" o "el escondite" podrían convertirse en pruebas de vida o muerte. Y si bien el premio en pesos colombianos suena tentador, las probabilidades de sobrevivir serían igual de bajas.
Mientras llega la tercera temporada, la pregunta queda abierta: ¿qué harías con 142.800 millones de pesos, y hasta dónde estarías dispuesto a llegar para obtenerlos? El juego apenas comienza, y la imaginación no tiene límites.