
En 1995, 'Seven', el thriller dirigido por David Fincher, irrumpió en el cine con un desenlace tan brutal que aún hoy, casi tres décadas después, sigue generando controversia. Protagonizada por Brad Pitt y Morgan Freeman, la historia de estos dos detectives que buscan a un asesino en serie inspiró a toda una generación de amantes del cine. Sin embargo, pocos saben que el éxito de la película no solo se debe a la intrincada trama y la dirección de Fincher, sino también a una condición que Pitt impuso al aceptar el papel: el final debía mantenerse tal como estaba escrito, sin concesiones ni suavizaciones.
La película gira en torno a los detectives David Mills (interpretado por Pitt) y Somerset (Freeman), quienes persiguen a un asesino en serie que elige a sus víctimas según los siete pecados capitales. Desde el inicio, el ambiente opresivo y la narrativa inquietante crean una experiencia que engancha al espectador. Pero es el desgarrador clímax de la historia lo que verdaderamente define la película. En la última escena, el detective Mills recibe una caja cuyo contenido es devastador: la cabeza de su esposa. Este impactante giro no solo rompe al personaje emocionalmente, sino que lleva al espectador a un lugar de incomodidad y reflexión.

Para Brad Pitt, esta escena era innegociable. En una entrevista con Entertainment Weekly, el actor reveló que aceptó el papel únicamente si el final permanecía intacto. "La única condición fue que la cabeza de la esposa estuviera en la caja y que Mills disparara a Doe al final", explicó Pitt, convencido de que este desenlace era fundamental para entender la complejidad emocional de su personaje. Durante la producción, surgieron dudas sobre la intensidad de la escena, y algunos miembros del equipo sugirieron alternativas, como reemplazar la cabeza por la de un perro. Sin embargo, Pitt se mantuvo firme, argumentando que cambiar este detalle diluiría el impacto y la esencia de la historia. "Mills no hace lo correcto, hace lo que su furia le dicta", justificó.

Esta decisión fue clave para el éxito de 'Seven'. Con un presupuesto de 33 millones de dólares, la película recaudó más de 327 millones a nivel mundial y se convirtió en una obra de culto. La crítica la recibió con elogios, otorgándole una calificación del 83% en Rotten Tomatoes, mientras que el público le dio un sobresaliente 95%. Más allá de las cifras, la valentía de Pitt y la dirección de Fincher lograron crear un final inolvidable que ha dejado una huella imborrable en la cultura cinematográfica.
La condición impuesta por Pitt asegura que el público recuerde 'Seven' no solo como una película más de suspenso, sino como una experiencia emocional intensa. Cada nuevo espectador que descubre esta historia revive el debate sobre la decisión final de Mills y se enfrenta a la misma disyuntiva moral.