El caso Asunta se ha convertido en toda una sensación mundial desde el 26 de abril de 2024, que fue la fecha de su estreno. Nuevamente, Netflix dejó en alto el género del true crime (producciones que cuentan crímenes reales y los recrean al detalle desde la ficción), que es uno de los favoritos del público.
En ese sentido, esta nueva serie española que ya esté en el top 10 mundial cuenta lo que pasó con Asunta Basterra Porto, la primera niña de origen chino que fue adoptada por una familia gallega en Santiago de Compostela.
Un día cualquiera, el cadáver de la menor apareció en un campo. De inmediato, las autoridades comenzaron a investigar a los padres, que eran los únicos sospechosos.
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Rosario Porto, la madre adoptiva de la joven, se quitó la vida en 2020, mientras pagaba una condena de 18 años por lo sucedido. Sin embargo, antes de que el caso explotara, la mujer no llevaba una vida muy normal.
¿Quién era Rosario antes de 'El caso Asunta'?
De hecho, se encontraba en proceso de divorcio cuando reventó El caso Asunta, lo cual terminó de desequilibrarla mentalmente.
En cuanto a sus orígenes, se sabe que estudió el bachillerato en el Instituto Rosalía de Castro, el mismo centro en el que estudió su hija, Rosario Porto llevó a cabo estudios universitarios y se graduó en Derecho. De su padre heredó en 2006 el cargo de cónsul honorífico de Francia, que desempeñó durante 10 años y también trabajó en el bufete que regentaba.
Solo dos años antes del crimen, después su padre muriera en 2011, Rosario cerró el despacho y también decidió salirse del Colegio de Abogados de Santiago y a partir de entonces se dedicó a asesorar empresas.
Así fueron los años de Rosario Porto en la cárcel
Asimismo, recientemente se conoció cómo fueron los últimos años de su vida, cuando estuvo presa.
“Yo no soy juez ni la juzgo, pero a mi parecer pensaba mucho en sí misma porque estaba siempre preocupada de lo que la prensa decía de ella, de lo que la televisión decía de ella. Y muy pocas veces pensaba en las demás”, dijo la monja que la confesaba en Mañaneros.
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La religiosa también reveló en la televisión que “ella no se comunicaba con el resto de las muchachas que allí se habla de todo, del tiempo, de lo que pasó en la cárcel la semana pasada, de lo que dicen, de lo que no dicen, de la salud, de la enfermedad, de todo. Y ella no se comunicaba con las muchachas, las tenía siempre por inferiores”.