El lunes 25 de marzo, Hollywood puso sus ojos sobre la entrevista con Anne Hathaway que publicó la revista Vanity Fair, la cual también puso a la actriz en su portada. En el diálogo, la estrella de cine reveló detalles del "odio generalizado" en su contra.
Según ella, hace más de una década se comenzó a formar un fenómeno al que ella llama "Hathahate", el cual haría referencia a las acciones sistemáticas para afectarla por parte de otras personas, algunas poderosas en la industria, insistiendo en que por eso perdió muchos papeles.
Mencionó que ni siquiera el premio Oscar que se ganó en el 2013 le permitió salir de ese oscuro bache. "Muchas personas no me dieron papeles porque estaban muy preocupadas por lo tóxica que se había vuelto mi identidad en línea a través de las redes sociales", confesó en el medio citado.
Warner Bros.
En su teoría, todo comenzó cuando presentó uno de los premios de la Academia con James Franco en el 2011. Su manera de hablar en el escenario fue brutalmente destruida con comentarios en las plataformas digitales, lo que la convirtió en tendencia de manera negativa.
"Anne Hathaway es tan enérgica que creo que el demonio de Tasmania parecería drogado si estuviera junto a Anne Hathaway", dijo el mismo Franco en televisión, lo cual respaldó aun más a sus críticos.
Christopher Nolan, el mesías de Anne Hathaway
Justo en medio de la ira injustificada de miles de internautas, Christopher Nolan le dio el espaldarazo y la escogió como la encargada para interpretar a Selina Kyle/Gatúbela en Batman: El caballero de la noche asciende.
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Los comentarios dañinos la apartaron de las cámaras por más de un año y en 2014 le dijo al Huffington Post que "mi impresión es que la gente necesitaba un descanso de mí".
Volviendo con lo que dijo a Vanity Fair, Anne Hathaway indicó que fue Nolan el que la ayudó a salir del duro momento. "No sé si sabía que me apoyaba en ese momento, pero tuvo ese efecto", dijo la celebridad. "Y mi carrera no perdió impulso como podría haberlo hecho si él no me hubiera respaldado", agregó, refiriéndose al segundo trabajo que hizo con el cineasta que fue Interstellar.
Actualmente, el hate que sufrió la estadounidense ha sido comparado al que después han tenido que padecer otras famosas como Brie Larson o Rachel Zegler.