Desde sus primeras apariciones en 'Naruto', Kakashi demostró ser un ninja prodigioso. Su ascenso a la fama como "Ninja copiador" estuvo lleno de obstáculos y sacrificios. La obtención de su Sharingan, además de ser un obsequio, es también una pesada carga.
El Sharingan es un doujutsu, una habilidad visual única, que normalmente solo los miembros del clan Uchiha pueden poseer de forma natural. Kakashi, sin tener la genética Uchiha, adquiere el Sharingan durante una misión como parte del Equipo Minato junto a Rin Nohara y Obito Uchiha. Durante esta misión, Kakashi y su equipo deben enfrentarse a enemigos poderosos y, en el transcurso de la batalla, Obito resulta gravemente herido. En un acto desesperado por salvar a su compañero, Obito le pide a Kakashi que tome su ojo, luego de que este consiguió despertar su Sharingan como resultado de la profunda conexión emocional entre Kakashi y Obito.
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Si bien Kakashi lleva el Sharingan en su ojo izquierdo, no es él quien lo activa. Aunque lo posea, no puede manejarlo a voluntad como los Uchiha y su uso le impone una gran carga de chakra. Su Sharingan es un recordatorio constante de la pérdida de Obito.
A lo largo de su vida, Kakashi aprenderá a usar el Sharingan de manera efectiva, aunque con algunas limitaciones. Sin embargo, consigue ser un ninja hábil en el manejo de su ojo y, poco a poco, durante su tiempo en ANBU, consigue hacerse con su fama de "Ninja copiador".
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Esta fama se basa en el Sharingan que adquirió durante el incidente con Obito Uchiha. Su Sharingan le permite analizar y memorizar las habilidades de sus oponentes, incluso las más complejas y avanzadas.
A lo largo de la serie, Kakashi demuestra su destreza como copiador en numerosas ocasiones, ganándose el respeto de sus compañeros ninjas y de sus enemigos. Su capacidad para aprovechar las habilidades de otros y utilizarlas a su favor lo convierte en uno de los ninjas más formidables y astutos del universo de 'Naruto'.