La popularidad de Linda Evangelista durante la década de los 90 no tiene discusión. Reconocida como un ícono de la belleza de esa época, la supermodelo canadiense ha aparecido recientemente en público para hablar sobre su salud mental, la cual se ha deteriorado en el último tiempo a causa de sus contantes batallas contra la depresión.
Después de haberse sometido a una serie de procedimientos estéticos para conservar su imagen, a sus 58 años, Evangelista reconoce que no la ha pasado muy bien. En conversación con The Times, la supermodelo detalló cómo las siete sesiones de criolipólisis que se practicó, con el fin de eliminar grasa de su mandíbula, muslos, estómago y espalda, terminaron en un resultado desastroso que la dejó con depresión clínica.
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La criolipólisis, un procedimiento destinado a congelar células adiposas para reafirmar áreas específicas del cuerpo, resultó en protuberancias duras y entumecidas para Evangelista. A pesar de ello y lo que le ha producido en su vida personal, la modelo ha demostrado una resiliencia notable al enfrentar su depresión. Inspirada por un comentario de su hijo Augie, quien recordó la alegría y vivacidad que ella solía tener, la supermodelo ha buscado terapia y está decidida a superar sus adversidades. "Voy a arreglar esto", afirmó con determinación.
La experiencia de Evangelista destaca la importancia de la autoaceptación en medio de las presiones estéticas de la industria de la moda. Aunque la criolipólisis debería haber sido un método para mantener su imagen juvenil, los resultados adversos llevaron a Evangelista a años de vergüenza y aislamiento social. Sin embargo, la supermodelo está en un viaje hacia la recuperación y la aceptación de sí misma.
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El relato de Linda Evangelista también revela una lección valiosa sobre la importancia de la sinceridad consigo misma. Aunque en su apogeo declaró famosamente que no se levantaría de la cama por menos de 10,000 dólares, Evangelista ahora confiesa su arrepentimiento por esta actitud prepotente. Reconoce que el verdadero valor no radica en declaraciones públicas de valía, sino en la autoevaluación personal.
Con casi 60 años, Evangelista encuentra su mayor felicidad en su papel como madre de Augie. Este vínculo ha sido su ancla en tiempos difíciles, permitiéndole superar la depresión y redescubrir la alegría de ser ella misma. La ex-supermodelo ha retomado la terapia y ha transformado su vida, convirtiéndose en la madre que siempre quiso ser.