Parece ser que A24 está decidido en convertirse en la productora especializada en películas y series fuera de lo normal. Su sello es cada vez más una garantía de calidad. Así lo demostraron con la serie Bronca, disponible en Netflix y que resultó ser increíble. Pero vamos por partes.
En un principio el planteamiento del conflicto parece sacado de una telenovela. La idea de una situación cotidiana que se sale de control y define el destino de los protagonistas es bastante melodramática, no obstante la forma en que dicho conflicto va escalando termina siendo muy reveladora hasta el punto en que el último episodio está más cercano al video ensayo que a otra cosa.
La pregunta que nos propone Bronca es ¿hasta qué punto estamos dispuestos a dejarnos llevar por la ira? Y, sobre todo, cuál es la naturaleza de ese sentimiento. Además, se concentra en la idea de que toda acción tiene una reacción. La vida de dos personas que se cruzan en un altercado de tránsito cobra relevancia en la medida en que cada relación que construimos está determinada por un momento específico.
Este planteamiento resulta tentativo porque elimina las barreras obtusas de la moral que busca delimitar de forma muy clara quienes son los buenos y quienes los malos. Al no existir un villano aparente nos hace preguntarnos hasta qué punto la vida no es más que un cúmulo de circunstancias que definen nuestro destino. Y, nos deja con una conclusión emocionante sobre ponerse en los zapatos del otro.
Me gusto mucho para ser honesto, y sí, por momentos me sentí viendo alguna telenovela de otras épocas pero el viaje valió totalmente la pena. Sobretodo las increíbles actuaciones de Ali Wong y el nominado al Óscar Steven Yeun