Seguramente se han preguntado, al igual que yo, ¿qué hace que una película sea buena? Porque si bien los gustos pueden ser subjetivos, es posible evidenciar algunos factores que cumplen con los parámetros de lo que se considera una buena película. Principalmente, esto tiene que ver con las emociones. Una buena película es aquella que logra que el espectador experimente una variedad de emociones que emulan la experiencia de la vida, pero en poco tiempo.
El cine de catástrofes aéreas es bastante obvio y pocas veces logra algo diferente a explotar el miedo común a volar. Algunas de las películas más conocidas en este género son Airport (1970), Airplane! (1980), Alive (1993), Con Air (1997), Cast Away (2000) y Flight (2012). Muchas de estas películas se basan en eventos reales y han sido inspiradas por desastres aéreos que han ocurrido en el pasado. Además, muchas cumplen con la típica estructura del héroe.
Emergencia en el aire es la nueva película coreana que está causando sensación en Netflix. Y si bien cumple con la fórmula de su género, me parece que sobresale entre todas las demás. Para empezar, mezcla diferentes situaciones que nos producen miedo: un virus letal, un ataque terrorista y un posible accidente aéreo, todo esto en un perfecto equilibrio que nos mantiene pegados a la pantalla.
Así, la historia del vuelo resulta en un interesante thriller de catástrofe muy realista que nos permite sentir todo tipo de emociones. Si bien el papel del héroe es obvio, la trama no gira tanto en torno a él, y esto le da una variedad de rangos actorales muy interesante. Además, resulta efectiva en forma y fondo, ya que su factura logra, también, transmitir el miedo minuto a minuto.
La película dirigida por Han Jae-rim y protagonizada por Song Kang-ho, Jeon Do-yeon, Lee Byung-hun y Kim Nam-gil ya está ganando popularidad en Netflix y se lo merece. Creo que es una gran oportunidad para verla.