La cinta de 'Chainsaw Man' conquista la taquilla global y confirma el ascenso imparable del anime en cines internacionales.
El rugido de las motosierras vuelve a escucharse en las salas del mundo. Chainsaw Man – La película: El arco de Reze, dirigida por Tatsuya Yoshihara y producida por el estudio MAPPA, ha irrumpido con fuerza en la cartelera internacional desde su estreno el 24 de octubre. En apenas dos semanas, la cinta ha recaudado más de 139 millones de dólares en 71 mercados, superando a producciones de Hollywood y siguiendo muy de cerca el fenómeno que marcó Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba – Castillo Infinito. Parte 1.
El filme se sitúa justo después de los eventos de la primera temporada del anime. Denji, nuestro antihéroe con corazón humano y cuerpo de demonio, conoce a Reze, una joven tan encantadora como enigmática. Lo que empieza como una historia de amor contenida pronto se transforma en un torbellino de violencia, deseo y sacrificio: un cóctel que solo Tatsuki Fujimoto, creador del manga original, podía concebir.
Críticos y audiencias han coincidido en calificarla como una experiencia visualmente abrumadora. Sarah Vincent, de Sarah G Vincent Views, la definió como “una explosión sensorial imposible de procesar en tiempo real”, mientras que The Hollywood Reporter la llamó “una experiencia psicodélica donde la animación y el sonido se fusionan en una orgía de caos controlado”. Para Variety, la película “satisface por completo a los fans, aunque no busca seducir a los recién llegados al universo de Chainsaw Man”.
A nivel de recepción, los datos son elocuentes. Con un 99 % de aprobación del público en Rotten Tomatoes, supera por una décima a Demon Slayer: Castillo Infinito, aunque con menos votaciones hasta el momento. Lo cierto es que el boca a boca, impulsado por las redes sociales y la lealtad de los seguidores del manga, ha sido clave en su éxito. MAPPA, que ya había demostrado músculo técnico en Jujutsu Kaisen 0, eleva aquí el listón con secuencias de acción tan violentas como poéticas.
Lo más interesante quizá no sea su taquilla, sino lo que representa: una nueva validación del anime como producto cultural global. Ya no se trata de nicho ni de curiosidad oriental, sino de un fenómeno que llena salas de México a París, de Bogotá a Tokio. Si Demon Slayer encendió la llama, Chainsaw Man la mantiene ardiendo con furia.
Denji, la motosierra humana, se abre paso entre los gigantes del cine comercial con una sonrisa ensangrentada. Y el público, lejos de mirar hacia otro lado, pide más ruido.