Hay series de series, y después está Rick and Morty, que desde 2013 se abrió paso a punta de sátira, delirio científico y filosofía existencial hasta convertirse en una de las producciones más influyentes —y más imitadas— de la animación para adultos. Su presencia en HBO Max la mantiene hoy en el centro de la conversación global: es una de las series animadas más vistas, más citadas y más estudiadas de la última década. Y lo fascinante es que no nació para complacer a nadie: nació para patear la puerta de lo convencional.
El impacto cultural de Rick and Morty no se explica solo por su trama multiversal ni por sus giros narrativos impredecibles. Se explica por algo más difícil de replicar: una sensibilidad que mezcla humor negro extremo, desparpajo científico, angustia emocional y reflexiones que, entre chiste y chiste, golpean con fuerza. La serie convirtió el nihilismo en meme, la genialidad en tragedia y la comedia en vehículo para hablar de trauma, responsabilidad, identidad, vacío existencial y la fragilidad humana. Esa mezcla, tan peligrosa como irresistible, marcó tendencia en la animación global.
HBO Max
Hoy, después de superar controversias, reestructuraciones internas y una industria en transición, Rick and Morty sigue más viva que nunca. Su octava temporada, estrenada en 2025, mantuvo a la serie entre lo más visto en plataformas, reforzando algo que la crítica ya sabía: pocas producciones tienen ese equilibrio entre irreverencia y corazón. Según datos recientes de TelevisionStats, se mantiene en el top de series animadas globales más comentadas y con mayor engagement en redes. Esa longevidad, en una industria que devora tendencias con rapidez, es una rareza.
HBO Max entendió el valor de esta pieza desde el principio: no solo la incluye en su catálogo como un título de referencia, sino que la ubica en la categoría de contenido que define una era. Lo que Los Simpson fue para los 90, Rick and Morty lo es para el siglo XXI: un espejo ácido que revela la precariedad emocional del presente, pero también la belleza del absurdo.
HBO Max
A pesar de su alcance global, Rick and Morty sigue siendo, en esencia, la historia imposible de un abuelo genio y autodestructivo y su nieto confundido intentando sobrevivir a misiones cada vez más absurdas. Esa intimidad emocional, camuflada bajo viajes interdimensionales, es lo que ha permitido que millones de fans se queden. Porque entre portales, clones, realidades paralelas y autocríticas demoledoras, la serie recuerda algo que duele admitir: todos cargamos con nuestras versiones pasadas, nuestras decisiones imposibles, nuestros monstruos personales.
Por eso sigue vigente. Por eso marca tendencia. Por eso millones aún se sumergen en ella.