La joya del “gótico tropical”: la película de Caliwood que es una obra maestra olvidada
Santiago Díaz Benavides
Desde 'Forrest Gump' hasta 'Interestelar', pasando por 'Guerra Mundial Z' y 'Naruto', puedo pasar horas hablando sobre mis producciones favoritas. Si me preguntas qué es lo que más me gusta del cine te diré que es mucho mejor que la vida.

Entre los excesos visuales, la sensualidad y el absurdo, esta cinta sigue siendo una experiencia única. Un sueño febril en el que el Caribe se vuelve pesadilla.

RTVC Play

Si el cine colombiano tiene un rincón reservado para lo extraño, La mansión de Araucaima ocupa el trono. Dirigida por Carlos Mayolo en 1986 y basada en un relato de Álvaro Mutis, la película nació como un intento de subvertir el realismo social que dominaba la producción local. Lo que salió fue una pieza inclasificable: un delirio tropical que mezcla erotismo, religión, locura y muerte en un escenario de calor y decadencia.

La historia transcurre en una vieja hacienda donde conviven personajes que parecen atrapados en un purgatorio. Una modelo llega allí buscando refugio y termina enfrentándose a una galería de obsesiones: un fraile atormentado, un piloto retirado, un sirviente violento, una matrona que ejerce su poder desde el deseo. Mayolo llamó a esto el “gótico tropical”, un estilo que combinaba la exuberancia del trópico con la oscuridad del alma humana.

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En su momento, la película desconcertó al público y a la crítica. Se la tildó de pretenciosa, de “teatro filmado”, incluso de pesadilla sin sentido. Pero con el paso de los años, La mansión de Araucaima encontró su público: cinéfilos que vieron en su exceso una forma de arte. Hoy se le reconoce como una obra maestra del experimentalismo colombiano, un testimonio de la libertad creativa que marcó a los realizadores del grupo de Cali.

Señal Colombia

El tono onírico, la fotografía densa y el erotismo sin pudor la han mantenido viva como objeto de fascinación. Más que una película, La mansión de Araucaima parece un exorcismo: un grito contra la moral, el poder y el tedio. Su rareza, lejos de envejecerla, la vuelve cada vez más contemporánea.

La cinta puede verse en RTVC Play, restaurada y acompañada por una ficha que detalla su lugar dentro del “Caliwood”. Verla hoy es entrar a un universo donde el calor y la locura son una misma cosa. Y donde lo que alguna vez se consideró “demasiado raro” para gustar, hoy es sencillamente inolvidable.

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