Después del éxito arrollador de Dahmer, Ryan Murphy y su socio creativo Ian Brennan convirtieron Monstruo en una de las franquicias más comentadas de Netflix. La fórmula —una mezcla entre reconstrucción histórica, horror psicológico y crítica social— encontró en el público un interés renovado por las historias basadas en asesinos reales. Su más reciente entrega, La historia de Ed Gein, protagonizada por Charlie Hunnam, ha vuelto a colocar a la serie entre lo más visto de la plataforma.
La producción reconstruye la vida del llamado “Carnicero de Plainfield”, un criminal que inspiró clásicos del cine de terror como Psicosis, La matanza de Texas y El silencio de los inocentes. Con su tono sombrío y una atmósfera asfixiante, Murphy demuestra que no busca el morbo gratuito, sino examinar los factores sociales que moldean a estos personajes extremos.
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En una reciente entrevista con Variety, el creador fue contundente: Ted Bundy jamás tendrá su propia temporada dentro de la serie. Murphy explicó que, a diferencia de otros casos, el infame asesino no le ofrece el tipo de reflexión cultural o humana que pretende explorar en Monstruo. “Cuando ves esos crímenes, ¿qué te dejan? No te plantean ninguna pregunta sobre la sociedad”, afirmó.
La decisión tiene sentido dentro del contexto actual del true crime, un género que vive un auge en las plataformas de streaming, pero que también enfrenta cuestionamientos éticos. Netflix ya abordó la figura de Bundy en producciones como Extremadamente malvado, impactantemente perverso y malvado (2019), protagonizada por Zac Efron, y en la docuserie Conversaciones con un asesino: Las cintas de Ted Bundy. Volver a ese terreno sería, según Murphy, una forma de explotación mediática sin propósito.
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Sin embargo, el director dejó entrever que la franquicia podría continuar. Mencionó la posibilidad de futuras entregas centradas en casos como el de Luigi Mangione o Lizzie Borden, aunque advirtió que su objetivo seguirá siendo equilibrar la fascinación por el horror con una mirada crítica sobre la cultura que lo alimenta.
Con La historia de Ed Gein, Murphy confirma que Monstruo no solo es un éxito de audiencia, sino también un espacio donde el entretenimiento y la incomodidad pueden coexistir. Y en ese límite —entre la empatía y el espanto— parece residir el verdadero poder del true crime.