HBO Max ha estrenado Pubertat, la nueva serie de Leticia Dolera, y ya hay quienes la comparan con Adolescencia, la ambiciosa producción de Netflix que en su momento sacudió al público juvenil y adulto. Si aquella se centraba en el drama emocional de los adolescentes, esta nueva propuesta apuesta por un enfoque distinto: abrir conversaciones sobre los temas que más incomodan a padres, hijos y educadores.
Dolera, conocida por su mirada crítica y feminista, decidió no dejarse arrastrar por el dramatismo ni por la crudeza habitual en relatos sobre violencia sexual o dinámicas de poder entre jóvenes. En cambio, construye un relato que busca ser honesto y pedagógico, sin renunciar al conflicto. La serie parte de un caso de presunta agresión sexual entre menores y, a partir de allí, despliega un abanico de dilemas: consentimiento, toxicidad masculina, feminismo, el peso del patriarcado y el uso de redes sociales en la vida adolescente.
HBO Max
El sello diferencial de Pubertat radica en cómo traslada estos debates a la pantalla. No se esconde tras metáforas abstractas ni melodramas excesivos: va directo a la raíz de los problemas, con un tono que, según la propia Dolera, busca que el espectador sienta que la serie le habla “de tú a tú”. Esa vocación pedagógica convierte a la producción en un material que, de hecho, podría tener cabida en colegios o espacios de formación.
HBO Max
Uno de los aciertos más notorios está en el reparto. Los adolescentes que encarnan a los protagonistas —Bruno Bistuer Farré, Ot Serra Bas, Nael Gamell Orejuela y Aina Martínez— fueron elegidos precisamente por su cercanía a las edades que representan, lo que aporta una autenticidad poco frecuente en las ficciones sobre juventud. En el elenco adulto, destaca Betsy Túrnez, cuya presencia se roba cada escena en la que aparece.
La serie también introduce un elemento simbólico muy ligado a la cultura catalana: el mundo casteller. La construcción de los “castells” se convierte en una metáfora visual sobre la comunidad, la confianza y la manera en que una generación sostiene a la siguiente. Este trasfondo refuerza el mensaje central: lo que ocurre en la adolescencia no afecta solo a los jóvenes, sino a toda la estructura social y familiar que los rodea.
HBO Max
Aunque Pubertat no escapa a ciertos excesos —en su intento por abarcar más temas de los que puede desarrollar a fondo, como inmigración o privilegios— la propuesta mantiene el pulso narrativo y la coherencia en su objetivo principal: abrir un diálogo urgente sobre las relaciones, la educación afectiva y la responsabilidad colectiva.
Con esta apuesta, HBO Max busca posicionar a Pubertat como la heredera natural de Adolescencia, no tanto en estilo, sino en impacto. Si la serie de Netflix fue aplaudida por su crudeza y ambición estética, la de Dolera se abre camino como una ficción honesta, necesaria y, sobre todo, profundamente conversacional.