Tras ocho episodios cargados de sangre, traiciones y criaturas imposibles, Alien: Planeta Tierra ha llegado al final de su primera temporada en Disney+. El cierre, titulado Los verdaderos monstruos, no solo dejó escenas memorables, sino también una certeza: en este universo, nadie está a salvo. Y así lo confirma Noah Hawley, creador de la serie, quien ha prometido que la tensión irá en aumento. “A largo plazo, nunca sabrás quién sobrevivirá”, declaró en entrevista con Collider.
El episodio final puso sobre la mesa uno de los dilemas centrales de la franquicia: ¿los verdaderos monstruos son los alienígenas… o los humanos? Mientras los Xenomorfos y criaturas como el Ojo se mueven en segundo plano, el verdadero horror proviene de las ambiciones desmedidas de corporaciones como Prodigy o Weyland-Yutani, y de personajes como Boy Kavalier (Samuel Blenkin), cuyo pasado revela un vínculo oscuro con la violencia y el poder.
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La gran revelación vino de la mano de los Niños Perdidos. Liderados por Wendy (Sydney Chandler), estos híbridos descubrieron que no son simples sintéticos, sino algo distinto, con libre albedrío y capacidades que los hacen impredecibles. En un giro cargado de simbolismo, lograron rebelarse contra Kavalier y tomar el control de las instalaciones. Sin embargo, tal como advierte Hawley, esa soberanía infantil no está exenta de arrogancia: “Son niños, con un poder inmenso, pero sin noción real de las consecuencias. Es satisfactorio verlos levantarse, aunque sabemos que las tropas de Yutani están por llegar”.
En paralelo, la serie ofreció escenas grotescas y perturbadoras que recuerdan al ADN clásico de la franquicia: cadáveres parasitados, corporaciones que ven a las personas como piezas descartables, y un Xenomorfo que, lejos de perder protagonismo, se convierte en un reflejo del control que Wendy cree ejercer. De hecho, uno de los detalles más inquietantes es que la joven utiliza a los alienígenas como “perros de presa”, algo que sugiere que tarde o temprano perderá el dominio sobre ellos.
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Lo cierto es que el desenlace deja a los personajes atrapados en un limbo: los Niños Perdidos controlan Prodigy, pero Yutani se acerca para reclamar su botín. Kavalier, por su parte, ha caído en desgracia, mientras que criaturas como Midge (el Ojo) siguen merodeando en busca de nuevas víctimas.
Sobre lo que viene, Hawley ha sido claro: todavía no hay confirmación de una segunda temporada, pero las ideas están sobre la mesa. El showrunner quiere expandir la historia más allá de la isla y conectar, de manera orgánica, con los eventos de Alien: El octavo pasajero y Aliens: El regreso. Su promesa, sin embargo, mantiene la esencia de la saga: “Lo importante no es cuántas muertes veamos, sino que tengan un peso. Habrá más, claro, pero la única certeza es la incertidumbre. Nadie está a salvo en Alien: Planeta Tierra”.