El fin de semana del 11 al 14 de septiembre de 2025 quedará marcado como un hito para el cine en Colombia. Durante esas fechas, más de 621.000 personas asistieron a las salas para ver Demon Slayer: Castillo Infinito, la tercera película de la exitosa franquicia japonesa. La cifra no solo refleja la fuerza de la animación japonesa en el país, sino que también posiciona a la producción como uno de los estrenos más concurridos en lo que va del año.
La película, que adapta el arco de la Fortaleza Infinita del manga de Koyoharu Gotouge, llegaba precedida de un éxito arrollador en mercados como Japón y Estados Unidos. En el primero, se convirtió en la mejor apertura de la historia, superando marcas que parecían inalcanzables, incluso las de clásicos como El viaje de Chihiro de Hayao Miyazaki. En el segundo, su lanzamiento fue igualmente monumental: solo en el día de estreno recaudó 36 millones de dólares, cifras inéditas para una película de anime en ese territorio.
Crunchyroll
En Colombia, el fenómeno tuvo un impacto inmediato. Las principales cadenas reportaron funciones agotadas y una afluencia masiva que obligó a abrir nuevas salas para satisfacer la demanda. Lo interesante es que no se trató únicamente de los fanáticos habituales del anime: muchas familias y nuevos espectadores también se sumaron a la experiencia, atraídos por el despliegue visual del estudio Ufotable y la expectativa que rodeaba al estreno.
El argumento continúa directamente los eventos de la cuarta temporada del anime, llevando a Tanjiro Kamado y a los Hashira a enfrentar a Muzan Kibutsuji en su fortaleza. Este punto de la trama es considerado por los seguidores como uno de los más intensos y emotivos del manga, lo que explica parte de la euforia que desató el estreno. Sin embargo, la dimensión cultural del fenómeno va más allá de la historia: Demon Slayer representa el ascenso del anime al mismo nivel de competitividad que las grandes superproducciones de Hollywood.
Crunchyroll
A nivel internacional, la cinta ya acumula más de 353 millones de dólares en taquilla y se proyecta que podría superar los 500 millones que alcanzó Mugen Train, la primera película de la saga. Este desempeño confirma que el interés por la animación japonesa ya no es un nicho restringido, sino un movimiento global con impacto directo en la programación de las salas y en la estrategia de distribución de las productoras.
En el caso colombiano, la cifra de 621.000 asistentes en tan solo un fin de semana demuestra que el público local está dispuesto a responder con entusiasmo a estrenos simultáneos o con poca diferencia respecto a Japón. La estrategia de Sony y sus aliados de lanzar la cinta casi al mismo tiempo que en otros países redujo la piratería y potenció la sensación de estar viviendo un acontecimiento cultural compartido en tiempo real.
Crunchyroll
Más allá de los números, el éxito de Demon Slayer: Castillo Infinito en Colombia refleja un cambio de paradigma: el anime dejó de ser un producto de consumo marginal y se consolidó como un protagonista de la cartelera. En ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, se organizaron encuentros de fans, cosplay masivos y funciones especiales que convirtieron el estreno en una verdadera celebración cultural.
La pregunta que queda en el aire es si el fenómeno se repetirá con futuros estrenos del género. Por ahora, lo cierto es que Colombia ya se consolidó como uno de los países más fervorosos en la región cuando se trata de apoyar al anime en pantalla grande. Y con medio millón largo de espectadores en apenas cuatro días, la fortaleza de Demon Slayer parece tan imbatible en las salas de cine como lo es en su propia historia.