La segunda temporada de Dandadan ha logrado mantener un pulso narrativo envidiable, alternando momentos de caos paranormal con escenas cotidianas que potencian la ternura entre sus protagonistas. El episodio 10, estrenado recientemente, no solo refuerza esta dinámica, sino que además coloca en el centro de la conversación un gesto mínimo que ha desatado una tormenta de comentarios en foros, redes y comunidades de fanáticos.
Lo que ocurre en este capítulo es la culminación de una búsqueda mutua entre Okarun (Ken Takakura) y Momo Ayase, quienes a lo largo de la serie han construido una relación marcada por el cariño, la timidez y el humor. El episodio juega con la tensión narrativa al mostrar cómo ambos personajes recorren un día entero tratando de encontrarse, como si el destino mismo se encargara de retrasar un momento que los seguidores anhelan desde hace tiempo. Y cuando por fin coinciden, la escena se convierte en un guiño inesperado a la paciencia del público: un choque repentino que provoca el roce de sus labios.
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La magia de esta secuencia está en que no se trata de un beso como tal, sino de un accidente torpe, reforzado por el desconcierto y el sonrojo inmediato de los personajes. Esa incomodidad, que podría parecer anecdótica, funciona en realidad como un catalizador de expectativas. Si hasta ahora los gestos entre Momo y Okarun habían sido indirectos —abrazos, celos disimulados, miradas sostenidas—, este momento eleva la tensión a un nivel superior.
En la tradición del anime shōnen con tintes románticos, este tipo de recursos se utiliza para sostener el interés y retrasar la recompensa emocional, jugando con la impaciencia de los fans. Dandadan, sin embargo, logra que ese recurso no se sienta forzado. El accidente encaja de manera orgánica con la torpeza emocional de los protagonistas y con el tono humorístico que caracteriza la serie, lo que evita que el momento se perciba como gratuito.
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La reacción del público no se hizo esperar: redes sociales como X (antes Twitter) y TikTok se llenaron de clips, memes y fanarts que celebran la escena. Para muchos espectadores, el roce de labios es la confirmación de que el romance ya no es un subtexto, sino un elemento que comienza a consolidarse en la trama. Otros, en cambio, lo ven como una jugada del autor para estirar aún más la espera, con la promesa implícita de que el “beso real” será mucho más impactante cuando finalmente llegue.
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Más allá de la anécdota, lo cierto es que este episodio reafirma el delicado equilibrio que Yukinobu Tatsu, creador del manga, ha sabido trasladar al anime: un universo donde lo grotesco y lo absurdo conviven con lo íntimo y lo emotivo. Que un simple roce de labios tenga tanta fuerza narrativa habla de la conexión que el público ha desarrollado con los personajes.
El capítulo 10 no solo nos deja riendo y suspirando a la vez, sino que también instala una pregunta que parece inevitable: ¿cuánto más podrá la serie posponer ese beso largamente esperado? La respuesta aún no llega, pero el fervor de los seguidores demuestra que Dandadan ha encontrado la fórmula para mantenernos al borde del asiento, rogando por un gesto que, aunque parezca sencillo, promete convertirse en uno de los momentos más recordados de la temporada.