Ella es Camila Beltrán, la cineasta que va de cacería por Colombia en busca de historias

La directora colombiana, radicada en Francia desde hace más de 17 años, regresa al país para explorar nuevas narrativas.

EFE

La bogotana Camila Beltrán ha convertido la distancia en una herramienta creativa. Tras vivir casi dos décadas en Francia, donde formó su carrera como cineasta, ha logrado mirar a Colombia con otros ojos, con la extrañeza y el asombro de quien regresa y descubre un territorio lleno de capas narrativas aún por explorar. Ese cruce de perspectivas le permitió presentar en el Festival de Cannes su primera película, Mi bestia, una obra que combina lo fantástico y lo social para retratar la Bogotá de 1996, atravesada por una profecía apocalíptica y por las tensiones de crecer en un entorno hostil.

La cinta, protagonizada por Stella Martínez —una adolescente sin formación actoral previa—, aborda la llegada de la pubertad como un tránsito monstruoso. Mila, la protagonista, enfrenta el despertar de su cuerpo al mismo tiempo que la ciudad proyecta sobre ella el peso del miedo colectivo. “Dejar la infancia y pasar a la adolescencia tiene algo monstruoso en la cabeza de un niño o una niña”, señaló Beltrán en entrevistas previas, destacando cómo la mirada patriarcal vuelve asfixiante ese tránsito. Para acentuar ese ambiente, la directora incorporó archivos televisivos reales de la época, logrando un retrato inquietante y poético de la sociedad colombiana de los noventa.

Produ

El éxito de Mi bestia le abrió un camino para volver a su país con un nuevo proyecto. Desde julio, Beltrán se instaló en el Caribe colombiano con un propósito claro: “cazar” historias en las calles, en las comunidades y en los paisajes. Ha recorrido Ciénaga, Santa Marta y La Guajira en un proceso de observación y reconocimiento que describe como un proyecto de vida. “Hay que redefinir qué es el Caribe. Lo sentí como el gran origen de la diversidad que somos como cultura colombiana”, comenta la cineasta.

Infobae

Este nuevo trabajo será una adaptación literaria —aún mantiene en reserva el título— y se construirá en diálogo con jóvenes realizadores de la Universidad del Magdalena. Beltrán quiere que su cine sea también un espacio de colaboración y aprendizaje colectivo. Además, busca que su mirada incorpore tanto la riqueza cultural como los retos ecológicos de la región. El desastre ambiental que vivió Santa Marta tras un fuerte aguacero, pocos días después de uno de sus recorridos, reforzó su convicción de que el cine debe inspirarse en la realidad para transformarla en símbolos y metáforas.

El rodaje de la película está previsto para 2027, en una coproducción entre Francia y Colombia. Para entonces, Beltrán espera haber tejido una red de colaboración que cruce fronteras y, sobre todo, haber encontrado en su “cacería” las historias que revelen la complejidad de un país que aún se narra a sí mismo.

facebook Tweet
Noticias relacionadas