Netflix estrenó recientemente la segunda parte de Sakamoto Days, uno de los animes más peculiares y aplaudidos por su propuesta: un exasesino letal que, tras enamorarse, cambia de vida y abre una tienda de barrio. Aunque en la primera parte el tono humorístico y las secuencias de acción lograron una buena acogida, esta nueva entrega no ha corrido con la misma suerte. Las redes sociales se han llenado de opiniones encontradas: para algunos, la serie sigue en forma; para otros, ha perdido parte de su encanto original.
Lo primero que hay que destacar es que esta segunda parte continúa ampliando el universo del protagonista, Taro Sakamoto. Con nuevos villanos, más escenas de combate y la aparición de personajes que aportan nuevas dinámicas a la historia, la serie apuesta por subir la apuesta en cuanto a intensidad narrativa. Las coreografías de pelea, una de sus principales fortalezas, mantienen su nivel: son rápidas, creativas y, en ocasiones, sorprendentemente violentas para una historia que también se vende como comedia.
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En ese sentido, el equipo de animación parece haber pulido varios aspectos técnicos. En comparación con los primeros episodios, se nota una mejora en la fluidez de las secuencias y una mayor atención a los fondos y detalles. La dirección también apuesta por ángulos dinámicos y efectos visuales que potencian el ritmo de las escenas clave.
Sin embargo, no todo son aplausos. Uno de los principales puntos de crítica ha sido el ritmo narrativo. Varios fans del manga original han señalado que algunos episodios se sienten apresurados, con arcos argumentales resumidos en exceso o directamente alterados. Esto ha generado cierta desconexión emocional en momentos que, en papel, eran mucho más potentes.
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Además, la mezcla de comedia y drama —que en la primera parte resultaba equilibrada— aquí se siente descompensada. Las bromas a veces interrumpen momentos tensos o arruinan la construcción de una escena, afectando el tono general.
También se ha criticado la inconsistencia en el diseño de personajes. Mientras ciertas secuencias lucen impecables, otras presentan una animación más descuidada, especialmente en episodios intermedios. “Es como si hubieran dividido el presupuesto entre escenas épicas y el resto las hicieran al apuro”, comentó un usuario en Reddit.
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Pese a todo, Sakamoto Days sigue siendo una apuesta fresca dentro del catálogo de anime de Netflix. Su combinación de acción al estilo John Wick, con humor absurdo y personajes carismáticos, la mantienen como una serie atractiva para quienes buscan entretenimiento sin pretensiones. Pero también es cierto que los fans más fieles al manga tienen razones para estar inconformes.
¿Vale la pena verla? Sí, especialmente si disfrutaste la primera parte y estás dispuesto a aceptar ciertos tropiezos narrativos. Pero si buscas una adaptación fiel y con ritmo impecable, esta segunda parte podría dejarte con una ceja levantada.