La mañana del 21 de julio transcurría con normalidad en el set de Día a día, uno de los programas más vistos de la televisión colombiana. Pero lo que parecía ser otra emisión habitual dio un giro inesperado cuando Carolina Soto, una de las presentadoras más queridas del espacio, abandonó repentinamente el canal sin dar mayores explicaciones. La imagen de su silla vacía en pleno programa en vivo generó desconcierto tanto en el equipo de producción como en los televidentes.
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Horas más tarde, sería la propia Soto quien revelaría en sus redes sociales la razón detrás de su abrupta salida: su hijo mayor, Valentino, presentaba un fuerte dolor abdominal y tuvo que ser llevado de urgencias. “No estaba pronosticado, salí del canal directo a urgencias. Valentino, maluco con un dolor abdominal. Y Violeta va de acompañante... les contaré”, escribió en una historia de Instagram, acompañando el mensaje con una foto de sus hijos en la sala de espera del centro médico.
La angustia fue tal, que la caleña —conocida por su transparencia con la audiencia— decidió narrar la experiencia paso a paso desde sus plataformas digitales. “Valentino estaba con un dolor en la barriga horrible, pero horrible. Se estaba retorciendo, y como yo normalmente no lo veo así, me asusté. Él siempre dice que no es grave, pero esta vez me dijo que sí, entonces supe que algo no estaba bien”, contó la presentadora, visiblemente afectada.
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El diagnóstico, afortunadamente, no fue grave. Según confirmó la propia Soto, se trató de una indigestión que no derivó en complicaciones mayores. Aun así, confesó que el temor de que fuera apendicitis o una infección urinaria la llevó a actuar con rapidez, sin dudar un segundo en poner la salud de su hijo por encima de cualquier compromiso profesional.
“Me podrán decir sobreactuada, ¡lo que sea! Pero siempre corro a urgencias, no me da para esperar y solucionar en casa”, afirmó, anticipándose a las críticas que suelen recibir los padres por reaccionar con aparente exageración ante los síntomas de sus hijos.
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El episodio dejó al descubierto no solo la faceta más vulnerable de una de las figuras más reconocidas de la televisión nacional, sino también la firmeza con la que Carolina Soto defiende su rol como madre. Su honestidad y emotividad fortalecieron aún más el lazo con sus seguidores, quienes respondieron con cientos de mensajes de apoyo y empatía.
Así, lo que comenzó como un susto en vivo terminó convirtiéndose en una reflexión sobre la maternidad, el instinto y la importancia de no subestimar el dolor infantil. Una vez más, Carolina Soto demostró que detrás de las cámaras también hay una madre real, que no duda en correr cuando la vida de sus hijos lo exige.