Robert De Niro no tiene reparo en dejar de lado su icónica imagen de mafioso para sumergirse en el terreno de las comedias familiares más alocadas. Lo ha demostrado antes en títulos como Meet the Parents y Dirty Grandpa, pero en Mi papá es un peligro (About My Father, 2023), el actor neoyorquino lleva el concepto de “familia disfuncional” a un nuevo nivel de caos, choque cultural y vergüenza ajena… todo en apenas 90 minutos.
Dirigida por Laura Terruso, esta comedia de ritmo vertiginoso parte de un conflicto simple: Sebastian (interpretado por el comediante Sebastian Maniscalco, coguionista del filme) quiere pedirle matrimonio a su novia Ellie (Leslie Bibb), pero antes debe pasar un fin de semana con su familia adinerada en una lujosa casa de campo. Lo que podría parecer una visita inofensiva se transforma en un campo minado cuando el padre del protagonista, Salvo (De Niro), decide unirse al plan. Lo que sigue es una serie de situaciones desbordadas por las diferencias sociales, los códigos familiares y las maneras diametralmente opuestas de entender el amor y la tradición.
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Salvo es un peluquero inmigrante italiano, de carácter recio y costumbres arraigadas, que desprecia el lujo innecesario y valora la disciplina, la frugalidad y el esfuerzo. Del otro lado, la familia de Ellie parece sacada de una versión moderna de Los ricos también lloran, con un padre amante del golf, una madre de modales refinados y dos hermanos cuyas excentricidades rozan lo absurdo. La mezcla de estos universos no solo da pie a secuencias incómodas —como cenas arruinadas, ataques de honestidad brutal o choques culturales imposibles de suavizar— sino también a una reflexión, si bien ligera, sobre lo que verdaderamente une a las familias.
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La película está inspirada en la vida real de Sebastian Maniscalco, cuyo humor stand-up gira justamente en torno a su experiencia como hijo de inmigrantes. El resultado es una comedia que no tiene miedo de reírse de sí misma, de los estereotipos, e incluso de sus propias limitaciones narrativas. Si bien el guion no pretende reinventar el género —y en muchos momentos cae en lugares comunes—, la presencia de De Niro le aporta un peso escénico que equilibra las exageraciones y le da al filme un corazón sincero.
Con una duración de apenas 89 minutos, Mi papá es un peligro no pierde tiempo en rodeos. Es directa, acelerada y completamente entregada al humor situacional. Los espectadores que disfrutan de las comedias incómodas al estilo de Los padres de ella o La familia de mi novia encontrarán aquí una nueva joya del absurdo familiar. No faltan los momentos en que se desea taparse los ojos por la vergüenza ajena, ni las escenas que remiten a esos almuerzos familiares donde todo puede salir mal y, sin embargo, nadie se levanta de la mesa.
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Aunque la crítica la ha recibido con tibieza, la película ha encontrado una segunda vida en plataformas de streaming, donde su tono liviano y su mensaje familiar han conquistado a quienes buscan una comedia rápida, sin complicaciones y con una inesperada carga emocional.
En definitiva, Mi papá es un peligro no pasará a la historia como una obra maestra, pero sí se consolida como una de las apuestas más simpáticas de Robert De Niro en el terreno de la comedia. Una cinta breve, alocada y entrañable que nos recuerda que, en el caos de las relaciones familiares, a veces lo único que podemos hacer… es reír.