“Se ha perdido un poco la magia”: Carolina Gómez cuenta por qué los reinados de belleza en Colombia ya no brillan como antes
Angie Quiroz
Angie Quiroz
-Redactora
Me puedes decir Ang. Amo el drama en las películas y la vida real. Fan de las chicas súper poderosas del cine y la televisión. Sigo sin superar ‘Fleabag’ y ‘I may destroy you’.

La protagonista de 'La venganza de Analía 2' fue Señorita Colombia en 1993 y primera finalista en Miss Universo 1994.

El Universal

Carolina Gómez vuelve a estar en el centro de la conversación. No solo por su regreso a la televisión con la segunda temporada de La venganza de Analía, donde retoma el papel principal, sino también por sus recientes declaraciones sobre un tema que la marcó desde muy joven: los reinados de belleza en Colombia.

La actriz y presentadora fue coronada como Señorita Colombia en 1993 y un año después se convirtió en virreina universal en Miss Universo 1994. Desde entonces, su vida ha estado ligada al entretenimiento en distintas facetas: modelaje, televisión y cine. Sin embargo, su paso por los reinados sigue siendo un capítulo importante, tanto en su carrera como en la historia reciente del país.

Pulzo

En conversación con El Espectador, Gómez se refirió al estado actual de los reinados de belleza, eventos que durante décadas fueron una tradición en Colombia, seguidos por millones de personas cada noviembre. Pero en los últimos años, su brillo ha disminuido. La actriz no lo niega: “Me da tristeza porque se ha ido perdiendo un poco la magia y lo que representaba el reinado”.

Para Carolina, el certamen no era solo un concurso de belleza. Representaba una tradición cultural y social. “El reinado siempre fue una institución histórica y se creó por un tema de folclore e idiosincrasia de nuestra cultura… Yo siempre he dicho: en Colombia no tenemos aristocracia, sino que tenemos reinas de belleza”.

Fucsia

Según explica, las reinas tenían un rol casi diplomático. “Nosotras fuimos embajadoras de buena fe en un momento en donde Colombia tenía una imagen muy manchada. Tenía una imagen que era hasta destructiva para el país internacionalmente y nosotras nos encargábamos no solamente de ser embajadoras del país y llevar lo mejor del país… sino que hacíamos una labor social muy importante en Colombia”.

Gómez asegura que ese compromiso era parte fundamental del rol. Ser reina no se trataba solo de representar a un departamento o de lucir un vestido, sino de tener una vocación de servicio. “Para ser reina también hay que tener una vocación de trabajo social, hay que tener un amor patrio muy grande y yo siento que eso se ha perdido un poco. Y yo creo que eso es lo que ha deteriorado un poco el reinado porque se perdió ese misticismo detrás de lo que existía en esa corona”.

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Aunque los tiempos han cambiado, Carolina sigue defendiendo el valor que tuvieron los reinados en su momento. Mientras continúa su carrera en la actuación, no deja de mirar hacia atrás con orgullo por lo que representó llevar una corona.

¿Será posible recuperar esa magia? Esa es una pregunta abierta, pero lo que está claro es que para figuras como Carolina Gómez, los reinados fueron mucho más que una pasarela.

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