Muchas películas ganadoras del Oscar no resisten la prueba del tiempo, pero hay una que sigue siendo diferente y más moderna que el resto
Angie Quiroz
Angie Quiroz
-Redactora
Me puedes decir Ang. Amo el drama en las películas y la vida real. Fan de las chicas súper poderosas del cine y la televisión. Sigo sin superar ‘Fleabag’ y ‘I may destroy you’.

Una ganadora que ha mantenido su victoria a lo largo del tiempo.

Mahaiwe Performing Arts Center

Con el paso del tiempo, muchas de las películas que ganaron el Oscar a Mejor película terminan sintiéndose un poco desfasadas. Algunas envejecen mal por sus temas, otras por su estilo o simplemente porque ya no conectan igual con el público. Si miramos a los años 80, la sensación se intensifica. Muchas de las producciones premiadas en esa década se ven hoy rígidas, o demasiado convencionales.

Pero en medio de ese panorama aparece una excepción muy particular: Amadeus (1984), dirigida por Miloš Forman. Una película que no solo ha resistido el paso de los años, sino que incluso se siente más fresca y audaz que varias películas biográficas recientes.

'Amadeus': Una cinta que no pasa de moda

Kinobox

A primera vista, Amadeus no parece un filme que se aleje tanto del molde. No cuenta con un reparto de grandes estrellas (aunque F. Murray Abraham y Tom Hulce dejaron actuaciones memorables) ni apuesta por efectos llamativos. Lo que hace es algo mucho más arriesgado: toma la figura de Mozart, un ícono indiscutible de la música clásica, y lo muestra a través de los ojos de su supuesto rival, Antonio Salieri. Y no de cualquier forma, sino desde la perspectiva de un narrador completamente honesto en sus emociones.

Salieri no solo cuenta la historia; también la distorsiona desde sus propios celos, frustraciones y obsesiones. Él es un músico competente, respetado por la corte, pero atormentado por el hecho de no haber recibido el "don divino" que sí parece habitar en Mozart. Para su desgracia, es también el único que puede comprender la magnitud del genio que tanto envidia.

Screen Rant

La película plantea así un conflicto que va más allá de la rivalidad: habla del peso de la mediocridad frente a la genialidad, del sufrimiento de saber que uno nunca alcanzará ese nivel, y del castigo de ser testigo de ello.

Amadeus también se distancia de otras películas biográficas porque no intenta retratar la vida de su protagonista con una precisión milimétrica. Prefiere explorar emociones, contradicciones y el impacto que puede tener un artista sobre quienes lo rodean. En resumen, un retrato más humano y menos cronológico.

No otro biopic más

La Nación

Aunque muchos biopics musicales han intentado captar la esencia de grandes figuras del pop y del rock, pocos han sabido tomar nota de lo que Amadeus logró. Curiosamente, el legado del filme parece haber influido más en propuestas como La favorita de Yorgos Lanthimos, que en las típicas historias de ascenso y caída que siguen dominando el género.

Cuarenta años después de su estreno, Amadeus sigue demostrando que no hace falta seguir fórmulas para contar una gran historia. Solo se necesita una mirada singular, una ejecución cuidada y la voluntad de adentrarse en lo más complejo de la condición humana: la creatividad, la envidia, el fracaso y la grandeza.

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