El cine colombiano sigue apostando por nuevas direcciones, y mayo trae una propuesta que mezcla lo sobrenatural con una historia familiar. Se trata de Tokio, el inicio, la ópera prima de Martha Sandoval, que llega a las salas de cine en Colombia el próximo 15 de mayo.
¿De qué trata la película?
La historia sigue a Tokio (Isabella Muñoz González), una niña de nueve años que vive con su madre Stella y su hermana mayor Sofía en una casa cargada de silencios y tensiones. Tokio no se relaciona con nadie más que con su madre y su muñeca, mientras que Stella sufre de insomnio y pesadillas que no parecen tener explicación lógica. Sofía intenta acercarse a su hermana, pero la conexión entre ellas es frágil. Poco a poco, empiezan a suceder cosas extrañas en la casa, y la sensación de que algo (o alguien) las está observando se hace cada vez más fuerte.
A todo esto se suma que Epifanio, el padre de Tokio, murió hace unos meses, pero su presencia sigue flotando en el ambiente.
Oficina de prensa
Martha Sandoval, quien durante más de veinte años ha trabajado como productora, guionista y directora de cortometrajes, decidió debutar en el largometraje con un proyecto muy personal. La película no se queda solo en los sustos o en el suspenso, sino que también es una reflexión sobre la relación entre las mujeres y la brujería, y una mirada crítica sobre la forma en que las obsesiones masculinas pueden impactar la vida de las mujeres.
Tokio, el inicio es también un homenaje a su tierra natal: Mesitas del Colegio, en Cundinamarca. Allí creció, y allí filmó la película, usando espacios como su antigua casa, la escuela y los senderos cubiertos de neblina. “Quise hacerle un tributo a mi tierra... cuando soñaba con hacer cine, decía que grabaría en mi tierra”, comenta Sandoval.
Un proyecto colaborativo y 100% colombiano
Oficina de prensa
La película parte de una idea original de Enis Rodríguez Salgado y fue escrita por Mónica María Moreno Mora. Para llevarla a la pantalla, Sandoval codirigió el proyecto junto a Diego Espinosa, director de La fuga. Juntos dieron forma a una historia que explora los lazos emocionales entre trauma, infancia y lo sobrenatural, con una puesta en escena que refuerza el carácter opresivo de lo doméstico, a través de una paleta fría y un tratamiento narrativo y visual que permanece en lo sombrío.
Así que si buscas una propuesta diferente en cartelera y quieres seguir viendo cine colombiano, Tokio, el inicio es una opción ideal. Una película que incomoda más por lo que sugiere que por lo que muestra. Entonces, ¿Qué dices? ¿Te animas a verla?